Ahuyentemos el tiempo, amor, que ya no
exista;
esos minutos largos que desfilan pesados
cuando no estás conmigo
y estás en todas partes sin estar pero
estando.
Gioconda Belli
Hace tiempo te buscaba,
amante sustantivo que no teme a la
abundancia,
un hombre que me encuentra diferente a cada
instante,
me propone citas y me negocia las noches.
Te buscaba mitad loco, mitad genio
sin reloj, ni anillos, ni cultos.
Anhelaba otra yo, que se conformara con tu
ausencia
y quería decir que era feliz...
Pero cómo, si aún no estabas asomado en mis
ojos.
Un día pensé en el ultimátum.
Mi ardor cumplía sus años,
la madurez con frecuencia se quemaba las
manos.
Te sentía en todo lugar donde estabas sin
estar.
No sé de qué manera apareciste,
puede que caminara en otra acera
y dejase olvidado un pañuelo sobre el banco.
Pero en ese camino no hay aceras,
ni yo llevo pañuelos.
Ya no sé con qué pretexto te acercaste
porque era yo quien te buscaba
hecho metáfora y diptongo,
viviendo en mis poemas.
Yenilen Mola
Cuba
Yenilen Mola, poeta cubana.
Creadora de “El Desalmuerzo Literario” evento que
se realiza cada domingo en el teatro
ArtSpoken en Miami.
Productora y animadora de “La Noche de la Poesia
Erotica”
Libro publicado:
poemario “Estrellas de mi cielo
rojo”
Ahuyentemos el tiempo, amor, que ya no
exista;
esos minutos largos que desfilan pesados
cuando no estás conmigo
y estás en todas partes sin estar pero
estando.
Gioconda Belli
Hace tiempo te buscaba,
amante sustantivo que no teme a la
abundancia,
un hombre que me encuentra diferente a cada
instante,
me propone citas y me negocia las noches.
Te buscaba mitad loco, mitad genio
sin reloj, ni anillos, ni cultos.
Anhelaba otra yo, que se conformara con tu
ausencia
y quería decir que era feliz...
Pero cómo, si aún no estabas asomado en mis
ojos.
Un día pensé en el ultimátum.
Mi ardor cumplía sus años,
la madurez con frecuencia se quemaba las
manos.
Te sentía en todo lugar donde estabas sin
estar.
No sé de qué manera apareciste,
No sé de qué manera apareciste,
puede que caminara en otra acera
y dejase olvidado un pañuelo sobre el banco.
Pero en ese camino no hay aceras,
ni yo llevo pañuelos.
Ya no sé con qué pretexto te acercaste
porque era yo quien te buscaba
hecho metáfora y diptongo,
viviendo en mis poemas.
Yenilen Mola
Cuba