RECORDÁNDOME
Quisiera pensar, que es posible
que no logres olvidarme
como se olvidan las monedas
del cambio, al pagar en el bar
con cierta prisa.
Recuerda
que entré en tu paladar
de manera tan suave
que tu lengua se acopló a mi sabor
y ahora, cuando bebas otros besos
es posible que te acuerdes de mi
y me eches de menos.
Quisiera pensar, que es posible
que no logres olvidarme
como se olvidan las monedas
del cambio, al pagar en el bar
con cierta prisa.
Recuerda
que entré en tu paladar
de manera tan suave
que tu lengua se acopló a mi sabor
y ahora, cuando bebas otros besos
es posible que te acuerdes de mi
y me eches de menos.
ETERNAMENTE
El hombre con una voz extremadamente varonil la dijo a través del
teléfono “Te querré eternamente” y una extraña sensación le entró por
todo el cuerpo. “Te querré eternamente” Sonaba tan bonito…tan
inusual…tan sensual…rozando lo sexual…
Sintió una excitación haciendo carreras pantys arriba, pantys abajo.
Lo escribió por todas partes…con fecha incluida…. en lo eterno y
empezó aquella cosa en el estómago a hacerle la puñeta.
Te querré eternamente….pensó a las seis de la mañana y a las doce,
tenía empacho de querer.
Imaginó una semana eterna y el estómago echo en falta el Omeoprazol.
Esto del querer –se dijo- resulta un poco pesado
Era cierto que el galán tan sólo se la había declarado por teléfono y
ella no respondido nada.
No le conocía y por tanto, se abstuvo de contestar ni una sola palabra.
Colgó sin decir palabra, pero aquello de “eternamente” empezó a
parecerle un abuso.
Sin saber por qué, estaba segura de que él, volvería a llamarla. Se
sentó al lado del teléfono a esperar.
Eternamente -se dijo entre dientes- ¿Pero que se habrá creído? Con lo
aburrido que es estar con alguien una tarde, imagínate lo que será eso
de eternamente.
No llamó. Esperó inútilmente. El sábado adelantó sus compras con la
esperanza de no dejar de estar cuando el la llamase. Tampoco llamó. Y
aquella eternidad tan efímera se le empezó a atragantar y el estómago
siguió pidiendo Omeoprazol y esta vez no por exceso, antes al
contrario, fruto de la rabia y la dejadez de su frívolo amor, cuya
eternidad fue tan pasajera.
El lunes a mediodía, el teléfono brincó y el sonido estridente retumbó
en toda la casa. Ya está ahí ahora me va a oír…Y le oyó…”Te querré
eternamente…la colonia que no la abandonará nunca, se pondrá a la
venta en todas las perfumerías mañana a las doce en punto.
Miró el teléfono con rabia y de un tirón rompió el cable. Condeno la
línea a estar muda…algo así como “eternamente”.
El hombre con una voz extremadamente varonil la dijo a través del
teléfono “Te querré eternamente” y una extraña sensación le entró por
todo el cuerpo. “Te querré eternamente” Sonaba tan bonito…tan
inusual…tan sensual…rozando lo sexual…
Sintió una excitación haciendo carreras pantys arriba, pantys abajo.
Lo escribió por todas partes…con fecha incluida…. en lo eterno y
empezó aquella cosa en el estómago a hacerle la puñeta.
Te querré eternamente….pensó a las seis de la mañana y a las doce,
tenía empacho de querer.
Imaginó una semana eterna y el estómago echo en falta el Omeoprazol.
Esto del querer –se dijo- resulta un poco pesado
Era cierto que el galán tan sólo se la había declarado por teléfono y
ella no respondido nada.
No le conocía y por tanto, se abstuvo de contestar ni una sola palabra.
Colgó sin decir palabra, pero aquello de “eternamente” empezó a
parecerle un abuso.
Sin saber por qué, estaba segura de que él, volvería a llamarla. Se
sentó al lado del teléfono a esperar.
Eternamente -se dijo entre dientes- ¿Pero que se habrá creído? Con lo
aburrido que es estar con alguien una tarde, imagínate lo que será eso
de eternamente.
No llamó. Esperó inútilmente. El sábado adelantó sus compras con la
esperanza de no dejar de estar cuando el la llamase. Tampoco llamó. Y
aquella eternidad tan efímera se le empezó a atragantar y el estómago
siguió pidiendo Omeoprazol y esta vez no por exceso, antes al
contrario, fruto de la rabia y la dejadez de su frívolo amor, cuya
eternidad fue tan pasajera.
El lunes a mediodía, el teléfono brincó y el sonido estridente retumbó
en toda la casa. Ya está ahí ahora me va a oír…Y le oyó…”Te querré
eternamente…la colonia que no la abandonará nunca, se pondrá a la
venta en todas las perfumerías mañana a las doce en punto.
Miró el teléfono con rabia y de un tirón rompió el cable. Condeno la
línea a estar muda…algo así como “eternamente”.
Mabel Escribano
Derechos Reservados
Le adjunto el presente poema por si el mismo fuese adecuado para el
evento al que tan amablemente me permiten participar.
Mabel Escribano Usero
Nacida en Alicante el 22 de Abril de 1947
Actriz y escritora
Soy hija;nieta; bisnieta y tataranieta, de una saga de actores.Me
casé,tuve dos hijos y me divorcié.
Salí de un "armario" del que nadie ha sabido explicarme quien me puso,
y no tengo ninguna intención de volver a entrar.
Amo a las mujeres y por ende a la humanidad.
Soy un ser "libre" dentro de la prisión en la que nos encontramos.