sábado, 8 de diciembre de 2018

VIRTUAL: ALMA MATEOS TABORDA DE ARGENTINA EN IX ELILUC


Breve Currículum

 

 

Alma Mateos Taborda, poeta, escritora y rapsoda de la ciudad  de Río Cuarto, provincia de Córdoba, República Argentina.

Integrante de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Escritores. Filial Villa María, (S.A.D.E) y actualmente socia de la misma entidad.

Ex Integrante  de la Comisión Directiva creadora de  la Sociedad de Escritores Ríocuartense (SER).

Participante de encuentros regionales, nacionales e internacionales y de numerosas Antologías.

Cinco libros editados y dos sin editar.

 

NO ME ACOSTUMBRO, AMOR, NO ME ACOSTUMBRO


No me acostumbro amor, no me acostumbro

a susurrarle mis nostalgias a la luna,

con un ruego de duendes taciturnos

que intentan descifrar qué es la ausencia.

A que febo me amanezca en la ventana

y no estés a mi lado como antes,

para conferirte mi sonrisa en las mañanas.

No puedo ataviarme de tórridos eneros

en este verano que me hiela el alma,

cuando llora en mi ser, una canción de invierno,

sobre una lluvia que no admite pausas.

No puedo escoltar el canto de cigarras

que anuncian el infierno de las siestas,

porque abruma y duele la nostalgia

que en cada poro de mi piel, hace su fiesta.

No me acostumbro amor, no me acostumbro

a esta lejanía sin respuestas,

a este modo de inventar caminos

que están llenos de olvidos y de rejas.

No me acostumbro amor, no me acostumbro

a que mis pies descalzos

no jueguen con los tuyos

y a esta soledad  donde descubro

un éxodo de palabras sin refugio.

No me acostumbro a la fuga de las musas

que se han vuelto esquivas con mis versos

que hoy añoran los sueños sin quimeras,

donde se encendían archipiélagos de besos,

si se abrían los pilares de la entrega

y te ibas lentamente hacia la rosa,

que nos llenaba de placeres y de pájaros

y nos decíamos a gritos, sin palabras,

porque ejercitábamos un discurso de miradas.

No me acostumbro, amor, no me acostumbro,

a palpitar tu ausencia y me anochezco

sobre un terreno de sombras que no alumbro,

porque se desvanece la esencia de los sueños.

No me acostumbro a esta nostalgia que me muere

y que quisiera que nunca, de ella sepas,

porque es como una espina que te hiere

en el vértice del alma y fuera de ella.

A esta distancia que nos mantiene separados,

a la ruda indolencia de insomnios repetidos

junto a un responso de pájaros callados,

apretados por el yugo del silencio.

En tus brazos ausentes, me guarezco,

mientras callan las musas de mis versos,

porque es tu ausencia la cruz que no merezco,

en el final sin final, de nuestro amor profundo,

que lastima duramente hasta los huesos…

 

¡Y no me acostumbro, amor, no me acostumbro!

 

Alma Mateos Taborda