sábado, 8 de diciembre de 2018

LOCAL: MIRIAM LOPEZ WEISS - CUBA-USA EN IV ELILUC

MIRIAM LOPEZ WEISS-CUBA-USA





MIRIAM LOPEZ-WEISS-CUBA-USA

 

Miriam Lopez-Weiss nació en la Habana, Cuba.  Llego a los Estados Unidos en 1966 donde estudio Contaduría Publica y Periodismo. Está casada con el artista plástico Roberto Weiss desde el año 1972.  Recibió su primer premio a la edad de 12 años, aunque comenzó a escribir desde los 6 años historias para sus muñecas.  Ha publicado tres poemarios y un cuarto libro en reconocimiento a la obra de Leonor Portela, Misioneros Del Camino, donde recopilo las cartas que la misma enviaba mensualmente a todos los contribuyentes a su Hogar de Niños en Guatemala. Ha obtenido varios premios de diferentes organizaciones a las cuales pertenece. Fue editora de las revistas Miami Exclusive and Florida Exclusive. Ha participado en varias Antologías en diferentes países como México, Argentina y Estados Unidos. Ha presentado sus libros en varias organizaciones de Miami, Connecticut y México. Su último primer premio fue otorgado por la Fundación Somos a su poemario “Más allá de mi Memoria”, así como tercer premio y Mención de Honor por sus relatos breves. Fue aceptada a pertenecer al Pen Club de Miami donde ha presentado sus libros.

PIEZAS ROTAS

Miriam Lopez-Weiss

 

Después que murió su madre, y al quedar solo, la antigua casa se volvió muy grande y Mario decidió venderla con muchas de las antigüedades que su familia había coleccionado a través de los años, comenzó a empaquetar solo las más queridas. Algunas cosas eran triviales, otras recuerdos de familia, las inservibles las vendería o las regalaría. Lo más preciado para el eran dos paneles de cristal realizados a mano que su padre había comprado en el Oriente cuando concluyo su servicio activo.

 

Desde que era un joven, Mario observaba estas piezas como un tesoro, pues eran el orgullo de su familia.

Al recibir los embarques en el nuevo apartamento, Mario observo con horror que los paneles de cristal se habían roto.

 

Muy disgustado y con lagrimas en los ojos los recogió y los deshecho en la basura.

 

El contratista que le estaba realizando algunos de los arreglos en el nuevo apartamento observo lo que pasaba y ni corto ni perezoso comenzó a recoger pieza a pieza los pedazos de cristal.

 

Para sorpresa de Mario un día al llegar del trabajo se encontró una hermosa pared cubierta por pedacitos de cristal de diferentes colores y tamaños. El contratista había diseñando y colocado todas las piezas rotas hasta convertir aquellas en un hermoso mural que sería el punto clave del nuevo apartamento.

 

¡Que ironía tiene la vida! Tener que romperse algo para ver que es posible convertir esos pedazos rotos en algo nuevo de encanto sin par. También nosotros podemos convertir nuestras cicatrices en caminos de inmensa belleza y restaurar nuestras vidas rotas.