Ronny Levy Ben Labrat
ISRAEL
Lingüista, matemático, escritor y poeta. Nació en la ciudad de Tánger,
ex provincia de España, hoy Marruecos.
Hijo del ilustre escritor y periodista Moses Levy Benlabrat que
colaboró con Federico García Lorca en la Guerra Civil de España.
Dejó Tánger a los 20 años y se instaló en el Estado de
Israel en los años setenta. Hoy es profesor de lenguas latinas y de matemáticas
en varios colegios y centros académicos en el sur de Israel, en la capital de
la región Neguev, Beersheva.
Entre sus obras literarias publicadas figuran ‘ Hojas Muertas ‘, ‘ El
hijo del viento’, ‘ La fragancia del jazmín’ , ‘Solica’, ‘ Haber vivido’ ,’
Poemas del alma’, ‘ Los últimos días de Alberto Franklin’ ‘ El silencio de las
voces’,’ Himno a mi gitana’ y ‘ Oasis de delirios vagabundos’ editado en
Ecuador y ‘Alma Gitana’ en coautoría con Marisa Aragón Willner, editado en Argentina.
Autor de dos libros virtuales ‘Magma sobre las flores’ y ‘Evangelio
Poético’ y varios videopoemas de su vasta obra poética.
Participó en las antologías ‘Memorial de Barro y Fuego’, ‘ Periplo de
las Mariposas’ y ‘Alquimia’ 2014-2016 del sitio cultural Parnassus, Patria de
Artistas en Buenos Aires
LA DAMA DE MI
NOCHE
Venías a mí borracha de sueños y cariño,
tu boca era fuego de lava y furiosas brasas,
una pirueta de piernas serpentinas,
un puente enroscado de rosas y claveles.
Venías a mí y yo me quemaba con tus labios,
subía lírico en tu cuerpo de trigo y lirios
bajo la zarpa de tus besos y las cepas de tu vino.
Eras un mar tumultuoso en el pulso de sus olas,
un cuerpo desvelado encendido con mi sueño,
una lluvia blanca de astros suspendidos.
Venía súbito a clavar mi vela en tu puerto,
entraba en tu palacio con mi escudo navegante,
elogiando tus marfiles de abanicos y encajes,
Tu rosa boca bebía el llanto de mis mareas
y todo el firmamento se hundía en un grito alucinante,
yacíamos unidos absortos de cariño,
hallando la belleza en el lecho de los cielos,
caminando por bazares de seda y espuma,
y yo llegaba a tus ojos del borde de la noche
de un salado mar de tormentas y espejos.
De pronto empezaban los truenos y los ecos,
la bélica melodía de mi cuerpo con tu cuerpo,
llegaba una torrentera de humo y cenizas,
una avalancha en los senderos de la ansia.
Tú eras mi dama imperiosa y dominante,
el impulso femenino de un tembloroso aliento,
el acto divino de la posesión amorosa,
ambos nos diluíamos en un éxtasis de delicia,
y yo me moría como un pájaro herido,
no de tus balas y tus cuchillos sino de una rosa
exacerbada que de tu cielo se me caía.
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Ronny@levybenlabrat, Israel.