BIOGRAFIA EDUARDO
FERRER
Intervención del
Poeta Félix Turbay Turbay en la presentación de la novela El Pescador de
Ensueños de Eduardo Ferrer.
Museo de Arte Moderno – Cartagena De Indias
Señoras y Señores:
Antes de referirte a la novela que nos convoca,
ustedes van a permitirme que intente mi explicación del personaje de
novela que se llama Eduardo Ferrer Gonzalez.
Porque a Eduardo hay que explicarlo en la diversidad
de sus hallazgos y sorpresas.
Como se trata de un caso excepcional, me aventuro
hacerlo con el temor de extraviarme en los instantes más significativos de su
vida impredecible. No seria extraño que, de pronto, lo viéramos piloteando una
avioneta rumbo a ninguna parte, haciendo teóricamente una operación de cálculo
biliar o resolviendo un teorema, todo con la mayor maestría, no obstante su
insobornable capacidad para poner en orden el absurdo. Podría conducir la
economía de una nación de la misma manera acertada como dirigió la Andi en
Cartagena, sin ser él industrial, sino poeta, vale decir, un hacedor de
asombros, o podría concentrar en una obra literaria a todos los fantasmas vivos
y muertos de su adolescencia y de su juventud para luego, con ironía o
pesadumbre, colocarlos en la cima de su corazón endemoniado. Y podría, con
pasión, como lo viene haciendo en otras latitudes de su soledad acompañada, ser
un devorador de libros y de música, comprometido con la suerte del silencio,
que busca siempre mejorarlo solo con los sonidos de su nostalgia sin brújula.
Digo todo lo anterior a quienes no lo conocen plenamente como el ser
multifacético que un día, después de tanto vivir frente al mar de Cartagena,
sus sueños de navegante incierto, se instaló en otra geografía para repasarse a
si mismo y reencontrarse, con sus mismos huesos pero con otras exigencias, en
la realidad del personaje que es hoy: un autor con libros a bordo, un novelista
con él mismo en la proa, trabajándolo todo en Miami porque si y porque no, pero
jamás desarraigado de su tierra y en todo caso universalizado frente al alcance
de las denuncias y protestas implícitas en sus textos.
No es posible desvincular al narrador del poeta, o
entrar en su novelística sin encender las lámparas para mirar el rostro de su
poesía. Lo primero que encontramos en ella es que no existe en su forma y en su
fondo, ninguna temperatura que no este revestida de una gran piedad por la
criatura humana. Su tratamiento de los símbolos, la manera de ascender con la
ayuda del viento a las cumbres donde se almacenan las urgencias de ese
compendio de miedo y desolación que es la vida misma, nos descubre los
lineamientos de una sensibilidad preparada para justificarnos como partes que
somos de un tiempo y de un camino contradictorio y temporal. Allí, sin duda, en
esa búsqueda, radica el valor de la poesía como congregación de esquemas
destinados para soliviantar los pasos interiores de aquel lector desconocido
entre la niebla para quien fue hecho el poema desde otras latitudes de su
abatimiento o su esperanza.
Eduardo Ferrer Gonzalez es, pues, un poeta y su carta
de navegación esta auspiciada por la plenitud de la gran lucidez de su
conciencia.
El Pescador de Ensueños, la novela de reciente
publicación en los EE.UU. que hoy acoge en el museo de Arte Moderno Doña
Yolanda Pupo, con los auspicios de la Fundación Literaria que lidera Ricardo
Veles Pareja, es una narración que debe entenderse como el mas saludable
ejercicio del buen humor para uso de quienes quieran deleitarse con el
desbordamiento de una fantasía fresca y audaz que escenifica diversos ambientes
de una ciudad en cuyos linderos todo es posible que suceda con la mayor
tranquilidad.
Dentro del Pescador de Ensueños, cabe todo el Caribe
con Generoso Hincapié Fonseca a la cabeza como el adalid indescifrable de un
batallón de perspectivas que libra la guerra de su desubicación social montado
en el mismísimo caballo de madera de Simon Bolivar para liberar a su pueblo.
Liberándose de paso así mismo, de los quebrantos incesantes de su pobreza
económica.
La verdad de todo es que Ferrer González arma, con
destreza narratoria, un drama para reír y una tragedia para cantar, un
espectáculo para verlo desde diversos ángulos de la inquietud critica y una
critica espectacular de las sociedades de consumo.
Hubiera querido comentar ahora algunos capítulos de la
novela como el relacionado secuestro de Fidel Castro en una trama de amor y de
orgullo que rompe el equilibrio de la autoridad, y referirme al ímpetu de Doña
Leonor Candelaria para dirigir su corazón como si fuera una centella alrededor
del cielo nocturno de sus cavilaciones tormentosas pero prefiero que el mundo
risueño que emana de sus paginas, sea descubierto por cada uno de ustedes, que
también aprovechan el acto de esta tarde para estrechar la mano calida del amigo que
vuelve a su ciudad, con un libro entre los brazos, al encuentro de los suyos.
CUANDO TU TE VAYAS
CUANDO TE VAYAS, -UN
DÍA AL AZAR,-
LEJOS, CON TU SOMBRA,
ME COSTARA TRABAJO
OLVIDAR
TUS OJOS, TUS BESOS Y
TUS MANOS
Y EL IMPREVISTO MIEDO
DE TU TERNURA.
ME SERA DIFÍCIL NO
RECORDAR
EL PERFUME DE NUESTRA
LA ILUSIÓN EMPAPADA EN TU CUERPO,
EL ASOMBRO DE TU
DESNUDEZ QUE DESPERTABA EN LA MAÑANA
EL CAFÉ FRIO QUE
TOMAMOS POR LLEGAR TARDE,
AL FEBRIL ENCUENTRO
DEL AMANECER.
CALLADA SE QUEDARON,
DEBAJO DE TU SEGUNDA PIEL,
NUESTRAS PROMESAS
INCUMPLIDAS;
LOS HIJOS IMAGINARIOS
QUE MECÍAMOS
EN LA CUNA AZUL DE
MENTIROSAS ILUSIONES
TODO QUEDO
ALLÍ!!LLENO DE PIEDRAS
Y DE FLORES MARCHITAS
Y UN INTRUSO CARACOL
ROSADO
SUTILMENTE, A MANSALVA,
ME ROBO, DE MI CARNE,
PARA SIEMPRE
EL PEDAZO DE AMOR QUE
ME QUEDABA …..
EDUARDO
FERRER