domingo, 11 de diciembre de 2016

EDUARDO FERRER-COLOMBIA-VII ELILUC


BIOGRAFIA EDUARDO FERRER

Intervención del Poeta Félix Turbay Turbay en la presentación de la novela El Pescador de Ensueños de Eduardo Ferrer.

Museo de Arte Moderno – Cartagena De Indias

Señoras y Señores:

Antes de referirte a la novela que nos convoca, ustedes van a permitirme que intente mi explicación del personaje de novela  que se llama Eduardo Ferrer Gonzalez.
Porque a Eduardo hay que explicarlo en la diversidad de sus hallazgos y sorpresas.
Como se trata de un caso excepcional, me aventuro hacerlo con el temor de extraviarme en los instantes más significativos de su vida impredecible. No seria extraño que, de pronto, lo viéramos piloteando una avioneta rumbo a ninguna parte, haciendo teóricamente una operación de cálculo biliar o resolviendo un teorema, todo con la mayor maestría, no obstante su insobornable capacidad para poner en orden el absurdo. Podría conducir la economía de una nación de la misma manera acertada como dirigió la Andi en Cartagena, sin ser él industrial, sino poeta, vale decir, un hacedor de asombros, o podría concentrar en una obra literaria a todos los fantasmas vivos y muertos de su adolescencia y de su juventud para luego, con ironía o pesadumbre, colocarlos en la cima de su corazón endemoniado. Y podría, con pasión, como lo viene haciendo en otras latitudes de su soledad acompañada, ser un devorador de libros y de música, comprometido con la suerte del silencio, que busca siempre mejorarlo solo con los sonidos de su nostalgia sin brújula. Digo todo lo anterior a quienes no lo conocen plenamente como el ser multifacético que un día, después de tanto vivir frente al mar de Cartagena, sus sueños de navegante incierto, se instaló en otra geografía para repasarse a si mismo y reencontrarse, con sus mismos huesos pero con otras exigencias, en la realidad del personaje que es hoy: un autor con libros a bordo, un novelista con él mismo en la proa, trabajándolo todo en Miami porque si y porque no, pero jamás desarraigado de su tierra y en todo caso universalizado frente al alcance de las denuncias y protestas implícitas en sus textos.

No es posible desvincular al narrador del poeta, o entrar en su novelística sin encender las lámparas para mirar el rostro de su poesía. Lo primero que encontramos en ella es que no existe en su forma y en su fondo, ninguna temperatura que no este revestida de una gran piedad por la criatura humana. Su tratamiento de los símbolos, la manera de ascender con la ayuda del viento a las cumbres donde se almacenan las urgencias de ese compendio de miedo y desolación que es la vida misma, nos descubre los lineamientos de una sensibilidad preparada para justificarnos como partes que somos de un tiempo y de un camino contradictorio y temporal. Allí, sin duda, en esa búsqueda, radica el valor de la poesía como congregación de esquemas destinados para soliviantar los pasos interiores de aquel lector desconocido entre la niebla para quien fue hecho el poema desde otras latitudes de su abatimiento o su esperanza. 

Eduardo Ferrer Gonzalez es, pues, un poeta y su carta de navegación esta auspiciada por la plenitud de la gran lucidez de su conciencia.

El Pescador de Ensueños, la novela de reciente publicación en los EE.UU. que hoy acoge en el museo de Arte Moderno Doña Yolanda Pupo, con los auspicios de la Fundación Literaria que lidera Ricardo Veles Pareja, es una narración que debe entenderse como el mas saludable ejercicio del buen humor para uso de quienes quieran deleitarse con el desbordamiento de una fantasía fresca y audaz que escenifica diversos ambientes de una ciudad en cuyos linderos todo es posible que suceda con la mayor tranquilidad.

Dentro del Pescador de Ensueños, cabe todo el Caribe con Generoso Hincapié Fonseca a la cabeza como el adalid indescifrable de un batallón de perspectivas que libra la guerra de su desubicación social montado en el mismísimo caballo de madera de Simon Bolivar para liberar a su pueblo. Liberándose de paso así mismo, de los quebrantos incesantes de su pobreza económica.

La verdad de todo es que Ferrer González arma, con destreza narratoria, un drama para reír y una tragedia para cantar, un espectáculo para verlo desde diversos ángulos de la inquietud critica y una critica espectacular de las sociedades de consumo.

Hubiera querido comentar ahora algunos capítulos de la novela como el relacionado secuestro de Fidel Castro en una trama de amor y de orgullo que rompe el equilibrio de la autoridad, y referirme al ímpetu de Doña Leonor Candelaria para dirigir su corazón como si fuera una centella alrededor del cielo nocturno de sus cavilaciones tormentosas pero prefiero que el mundo risueño que emana de sus paginas, sea descubierto por cada uno de ustedes, que también aprovechan el acto de esta tarde para estrechar la mano calida del amigo que vuelve a su ciudad, con un libro entre los brazos, al encuentro de los suyos.




CUANDO TU TE VAYAS

CUANDO TE VAYAS, -UN DÍA AL AZAR,-
LEJOS, CON TU SOMBRA,
ME COSTARA TRABAJO OLVIDAR
TUS OJOS, TUS BESOS Y TUS MANOS
Y EL IMPREVISTO MIEDO DE TU TERNURA.

ME SERA DIFÍCIL NO RECORDAR
EL PERFUME DE NUESTRA LA ILUSIÓN EMPAPADA EN TU CUERPO,
EL ASOMBRO DE TU DESNUDEZ QUE DESPERTABA EN LA MAÑANA
EL CAFÉ FRIO QUE TOMAMOS POR  LLEGAR TARDE,
AL FEBRIL ENCUENTRO DEL AMANECER.

CALLADA SE QUEDARON, DEBAJO DE TU SEGUNDA PIEL,
NUESTRAS PROMESAS INCUMPLIDAS;
LOS HIJOS IMAGINARIOS QUE MECÍAMOS
EN LA CUNA AZUL DE MENTIROSAS ILUSIONES

TODO QUEDO ALLÍ!!LLENO DE PIEDRAS
Y DE FLORES MARCHITAS
Y UN INTRUSO CARACOL ROSADO
SUTILMENTE, A MANSALVA,
ME ROBO, DE MI CARNE, PARA SIEMPRE
EL PEDAZO DE AMOR QUE ME QUEDABA …..






EDUARDO FERRER