1-
Lilia Menes Winter
2-
Ciudadana de Estados Unidos de Norteamérica de origen
cubano; nacida en La Habana, Cuba.
·
Graduada de la Escuela de
Artes y Letras de la Universidad de la Habana en el año 1966.
·
Licenciada en Infomación
Técnica y Científica en el año 1977 de la propia Universidad.
·
Postgrado en Literatura
Latinoamericana de la ”Casa de las Américas”, La Habana.
·
Mención género Testimonio
del Premio UNEAC 1981 con “ Las Cabezas Trocadas”.
·
Ya en USA, Bibliotecaria
y Profesora en Miami-Dade College de donde me jubilé luego de 20 años de labor.
·
Entre el 2000 y 2010
presidí el jurado del concurso anual de cuento patrocinado por Miami-Dade
College(MDC) en ocasión del mes de la Hispanidad.
·
Madre de una hija exitosa
y abuela de dos nietos adorable vivo jubilada en compañía de mi esposo, por los
últimos 45 años, con quién comparto mi afición por la narrativa y una activa
vida social.
3-
Aun cuando amo la poesía,
me decanté por la narrativa, de ahí que incluya esta breve historia escrita al
calor de mi diario intercambio con mis nietos y parte del libro “ La felicidad
de ser abuela”.
Abuelita, tú lindísima!
Gracias, mi niño querido”. Es
maravilloso cómo me abraza bien apretado,
pegando
su carita a mi mejilla y poniéndose de puntillas me echa los brazos al cuello.
Mi
felicidad es infinita. De pronto me
pregunto cómo es que Emilito esta usando la
terminacion
“ ísima” si sólo tiene seis años; en la escuela sus clases regulares son en
inglés, pero tambien recibe español como segunda lengua, aunque me sigue
sorprendiendo que esté tan adelantado en español.
Abuela
al fin, encuentro la respuesta, “Por supuesto, el es muy inteligente”.
Al día siguiente, a las tres y cuarto de la tarde. Suena
el timbre de la puerta
ininterumpidamente,
se siente que están apurados por llegar.
Camino
rapidito
para
abrir la puerta porque estoy segura que son mis nietos que regresan de la
escuela. Abro la puerta con los brazos extendidos para poder abrazarlos
a los
dos al mismo tiempo. Robertico me da un beso y sigue corriendo a tomar
agua, el calor es mucho, Emilito se queda abrazado a mi con tanta
ternura que me
conmueve y le digo: ¡Mi niño lindisimo!