sábado, 9 de diciembre de 2017

CECILIA DIAZ-CUBA-USA


 

CECILIA DIAZ-CUBA-USA

 “Efímeras y Fugases”

 

Los fuegos artificiales iluminaban el cielo como fugaz arte que no perduran y ejercen una irresistible atracción para los espectadores que cada fin de año se prestan a disfrutarlos. 

Alberto junto a su esposa y sus dos hijos salieron al portal de la casa para deleitarse con el espectáculo.

En las vísperas, había decidido  pedir el divorcio, y solo esperaba que pasaran los días festivos. Luego de muchos años, se sentía rejuvenecido. Tenía una amante bella y joven,  quería comenzar de nuevo. Eso pensaba mientras miraba las caprichosas formas de luces y colores. 

 Al concluir, entraron a la casa y todos se abrazaron efusivamente, felicitándose por el nuevo año.  Sus hijos, el varón de 22 años, y la hembra de 18, le repetían con mimos,  lo buen padre que era.  Eva se le acerca, le pasa los brazos por el cuello y lo besa dulcemente. Le agradece  tantos años de amor y sacrificios, orgullosa contaba anécdotas de las metas que lograron juntos desde que se casaron, lo feliz que ella era a su lado

 __Mi amor, eres  el mejor hombre del mundo

 Los observó a todos por un rato,  queriendo llenarse de la imagen de su familia unida por última vez.

Debatiéndose  en sus pensamientos, recordó lo hermosa que era su esposa. Siempre dispuesta para  acompañarlo, su fortaleza para  vencer  las dificultades.

Revivió momentos de pasión, el confort de sus brazos cuando estaba enfermo o deprimido. La entrega  que ella les profesaba a los hijos de ambos. 

Alberto siente una emoción  indescriptible. Temiendo arrepentirse de su anterior decisión encamino sus pasos hacia  la puerta, para escapar de los recuerdos, ni siquiera la abrió,  lo embarga inesperadamente  una energía  de amor  que no sabía que aún sentía.  Abrazó nuevamente a su esposa,  disfrutando la risa de sus hijos, esta vez,  con la certeza de  que no existía otro lugar mejor donde celebrar un final e inicio de año.

El amor solo se  había dormido en la rutina y seguridad de la constancia, pero volvía a renacer en el real valor de lo logrado

Entendió que muchas cosas aunque emocionantes y bellas, son efímeras, fugases  como los fuegos artificiales, otras, permanecen para siempre.