CECILIA DIAZ-CUBA-USA
“Efímeras y Fugases”
Los fuegos artificiales
iluminaban el cielo como fugaz arte que no perduran y ejercen una irresistible
atracción para los espectadores que cada fin de año se prestan a
disfrutarlos.
Alberto junto a su esposa
y sus dos hijos salieron al portal de la casa para deleitarse con el
espectáculo.
En las vísperas, había
decidido pedir el divorcio, y solo esperaba que pasaran los días
festivos. Luego de muchos años, se sentía rejuvenecido. Tenía una amante bella
y joven, quería comenzar de nuevo. Eso pensaba mientras miraba las
caprichosas formas de luces y colores.
Al concluir,
entraron a la casa y todos se abrazaron efusivamente, felicitándose por el
nuevo año. Sus hijos, el varón de 22 años, y la hembra de 18, le repetían
con mimos, lo buen padre que era. Eva se le acerca, le pasa los
brazos por el cuello y lo besa dulcemente. Le agradece tantos años de
amor y sacrificios, orgullosa contaba anécdotas de las metas que lograron
juntos desde que se casaron, lo feliz que ella era a su lado
__Mi amor, eres
el mejor hombre del mundo
Los observó a todos
por un rato, queriendo llenarse de la imagen de su familia unida por
última vez.
Debatiéndose en sus
pensamientos, recordó lo hermosa que era su esposa. Siempre dispuesta
para acompañarlo, su fortaleza para vencer las dificultades.
Revivió momentos de
pasión, el confort de sus brazos cuando estaba enfermo o deprimido. La
entrega que ella les profesaba a los hijos de ambos.
Alberto siente una emoción
indescriptible. Temiendo arrepentirse de su anterior decisión encamino
sus pasos hacia la puerta, para escapar de los recuerdos, ni siquiera la
abrió, lo embarga inesperadamente una energía de amor
que no sabía que aún sentía. Abrazó nuevamente a su esposa,
disfrutando la risa de sus hijos, esta vez, con la certeza de que
no existía otro lugar mejor donde celebrar un final e inicio de año.
El amor solo se
había dormido en la rutina y seguridad de la constancia, pero volvía a renacer
en el real valor de lo logrado
Entendió que muchas cosas
aunque emocionantes y bellas, son efímeras, fugases como los fuegos
artificiales, otras, permanecen para siempre.