POR SI UN DÍA SIENTES
Te dejo mi mano
extendida, por si un día sientes que me necesitas;
Te dejo mis miedos,
mi amor sempiterno,
todas mis caricias…
Te dejo los sueños no
cristalizados;
mi sentir callado,
mi esperar en vano,
mi ansiedad
frustrada,
y la estructura
frágil de un último poema, con sabor a nada.
Te dejo armazones de
sueños derogados;
algunos bosquejos,
un verso agotado,
y por si fuera poco,
un canto de grillos
muy desafinados;
un torrente de besos,
mi antigua esperanza,
recuerdos traviesos
y muy a la vista, el
trasluz de mi alma.
Te dejo entre
lágrimas mi ilusión descalza;
mis esperas
frustradas,
la infertilidad del
huerto
y todas las flores de
las madrugadas;
las bellas mañanas,
las tardes cansinas,
las horas serenas
y todas las estrellas
de las noches largas.
Te dejo el bullicio
de un amor con alas;
mi nostalgia
infinita…
Y mi mano extendida,
por si un día sientes… que me necesitas.