domingo, 11 de diciembre de 2011

Miriam Sarmiento – De Cuba “EL REGALO”


Miriam Sarmiento – De Cuba

“EL REGALO”

Al visualizar la grácil silueta de mi recién renovado edificio de apartamentos, siento una alegría indescriptible. Hace algún tiempo después de hacer inventario de los eventos que han estremecido el mundo, decidí remozarlo y abarrotar de flores y perfumes el jardín que lo circunda. A el se acercan revoloteando felices, un arcoiris de mariposas que vienen a libar de sus más hermosas flores.

Campanitas, orquídeas, lirios y las más hermosas rosas, perfuman el sendero que conlleva a mi coquetón edificio.

Lo pinté de rosado para rodearlo de amor. Sus ventanas son verdes para proveer abrigo y esperanza, y sus puertas, que se abren de par en par para dar albergue al que sufre y al que llora; al que ama y al que odia, están pintadas del más puro azul de la ilusión.

¡No me puedo quejar porque tengo tantos inquilinos! ¡Cada día vienen más, y yo los abrazo y recibo con mi mejor sonrisa: al negro y al asiático, al nórdico y al caucáseo; teniendo que agregar un apartamento nuevo todos los meses!

El último arreglo que le hice a mi ahora bien cuidado edificio fue el de remover todos los aires acondicionados e instalar los mejores y más sofisticados equipos de calefacción, así mantendré a todos mis inquilinos calentitos, porque en ese calor se mantendrá el amor que nos profesaremos unos a otros, y un arcoiris de gracia nos cubrirá con su manto.

¡Gracias, Señor, por permitirme remozar el edificio de apartamentos que me diste de regalo al nacer! ¡En la pila del bautismo lo nombraron: Señor Corazón!

Miriam A. Sarmiento