domingo, 11 de diciembre de 2011

EL DRAC – de PERU Housekeeper


Jhonny ArgÜellO– EL DRAC – de PERU

Housekeeper

El amigo Pepe se había casado recién, después de 6 años de noviazgo con Graciela una chica dulce y vergonzosa a la par de linda. Para mejorar la situación económica del hogar, acordó con su esposa que iría a trabajar a EEUU. Al asesorarse con el compadre de ella, éste le aconsejó que vayan ambos por separado a la embajada a solicitar la visa, ya que así tendrían dos posibilidades de obtenerla. Preparó entonces, el compadre, los papeles a la esposa para que la entrevistasen. El día esperado ella salió feliz de la embajada pues le habían otorgado una visa por 10 años; pero cuando Pepe fue donde el compadre de ésta a pedirle que actualizara la documentación a presentar, el compadre empezó a negarse reiteradas veces, a la par que presionaba a Graciela para que viajase lo antes posible ya que, si no lo hacía, perdería la “única” oportunidad de empleo que la estaba esperando y fue así como ella se fue a Miami.



Pepe desesperado hizo lo imposible para conseguir la documentación que le faltaba y poder viajar al lado de su amor, pero al presentarse en la embajada descubrieron que el último documento que había conseguido era falso y le negaron la visa.



Ella se empleó como housekeeper (creo que así se les dice a la empleadas domésticas) de un matrimonio norteamericano con dos hijas; ya tenía varios años allá y ambos (Pepe y Graciela) se comunicaban diariamente diciéndose frases cariñosas de amor todos los días, pero sin probar nada de nada, es decir, sin tener sexo con nadie, respetando ambos la fidelidad que se prometieron al esposarse y las promesas de amor que se dieron mutuamente entre besos y lágrimas al partir Graciela rumbo a EEUU.



Un día de esos Pepe se animó y le propuso a su esposa tener sexo por teléfono; es decir, a masturbarse mientras se decían cosas lindas e íntimas tras el auricular. Fue difícil convencerla era una mujer muy recatada. Ella, las primeras veces que Pepe se lo pedía, se rehusaba seguramente por pudor; pero al fin un día accedió.



Pepe sabedor que había sido difícil que su mujer accediera a ello decidió grabar la sesión para no estarla molestando con sus cosas y también, por disfrutarla más a solas, cuando él quisiera.



Empezaron a tener sus sesiones de amor tres veces por semana; pero quién sabe por qué una de ésas veces que estaban en sus encuentros, el dueño de casa vio a través de la persiana a la esposa de Pepe en pleno ajetreo y empezó a acudir a espiar primero y luego a observar in situ tras la puerta de cristal, con sinvergüencería total, con sus ojos ávidos y su cara colorada, cual si se tratara de un show. Ella seguramente atraída por el deseo y (hay que decirlo) su promiscuidad, lo permitió, por increíble que parezca; y quién dice que un día el dueño de casa giró el manubrio, apartó las manos de la vagina a Graciela y tomando el lugar de las manos de ella, le practicó sexo oral y la copuló mientras ella continuaba simulando que gozaba y disfrutaba hablando por teléfono con Pepe, su esposo; haciéndole creer, que llegaba al orgasmo masturbándose como él, con él; oyendo las dulces frases de amor que Pepe le decía; cuando en realidad había sido producto de la cópula con el gringo de su patrón. Se dio el lujo este “señor” (el patrón) de incluso decirle cosas alusivas en inglés (¡con Pepe al teléfono!) y alentar el frenético movimiento de caderas de ella con estentóreos “¡jobme!” y “¡give moaning!” que ella complacía entregada y voluptuosa. Pepe extasiado no preguntó nada por su estado de excitación; pero también por no malograr el momento pensando que, tal vez, sería alguna interferencia de las que suele ocurrir cuando se habla por teléfono. Pepe también llegó al clímax pero se sembró en él cierta duda por lo que había escuchado y empezó a indagar.



Escuchó la grabación que tenía repetidas veces, amplificó sonidos y pudo oír que su esposa con quien compartía diariamente dulces charlas de amor; se entregaba a otro hombre a quien le decía “te amo” cuando creía que no era oída por Pepe.



Pepe quedó arrancado de sí. Ella lo negó todo. Se formó un escándalo mayúsculo, una pelea; claro, no en la casa del gringo donde ella laboraba, seguramente por no perder el trabajo o por no perder al “señor”, no se sabe. El asunto es que la esposa de Pepe, luego de lo sucedido y para conciliarse con su esposo empezó a dejar la línea del teléfono abierta para que Pepe pudiera escuchar las conversaciones que ella tenía con su patrón, en un afán de que él, volviera a confiar en ella y creyendo que, por no saber inglés, ella podría engañar fácilmente a Pepe diciéndole cualquier cosa cuando éste preguntara sobre qué es lo que estaban conversando ella y su patrón.



Pepe continuó grabando las conversaciones y traduciéndolas de a poco con ayuda de traductores de internet; en seguida logró enterarse del cinismo de su mujer y que el dueño de casa la acosaba y la empezaba a tomar ya por la fuerza a Graciela, (evidentemente con algún tipo de consentimiento de parte de ella ya que al final siempre le correspondía) Descubrió con horror cómo es que este “señor” no respetaba ni siquiera que estuviese al teléfono con él y cómo ella se confabulaba con el patrón para engañarlo ante sus propios oídos. Ella siguió negándolo todo a pesar de las grabaciones; cundió la violencia verbal, de parte de ella seguramente por darle más contundencia a su declaración de inocencia y de parte de Pepe por la indignación y el cinismo manifiesto a todas luces de su mujer.



La desconfianza seguida de los celos empezó a crecer; Graciela desconoció para siempre a su esposo como tal, a pesar de estar casados; y renegó de las promesas de amor que se juraron; cerró la línea del teléfono para siempre; hasta que un día el matrimonio que habían contraído llenos de ilusión y por el cual habían tomado la decisión de viajar a EEUU para mejorar la situación económica; el matrimonio de este par de enamorados, decía, se destruyó.

El Drac

http://ldrac.blogspot.com/