ANA MARÍA MADRID.
…CUENTAME UN CUENTO.
Cuéntame un cuento, de sueños bonitos mecidos al viento.
Cuéntame un cuento, que la noche es azul y azul mi universo.
Cuéntame un cuento... quiero sentir la paz de tus versos.
Cuéntame un cuento, susurraba en mi oído entre besos y besos...
...cuéntame un cuento...
Un poeta escribió una vieja historia de amor, entre locura sangre y violencia una venganza nació. Odio entre parientes… el labriego y el gran señor.
Historia que con historia vuelve enamorando al escritor, entre renglones manchados de sangre y… jirones su corazón.
Cuenta la historia de este Mendigo que empezó dibujando en lienzo escrito, grato recuerdo acompaña su lecho, pues… no hay noche sin día ni día sin noche… que no se revuelque en su lienzo. Y recuerdo… que cada día al caer la tarde, aparecía por la esquina de la calle mayor, cuando desaparecía el último rayito de sol. Misteriosa mujer la que desaparece en la nada, llevándose consigo la vida y… mi alma. Misteriosa mujer la que evoca en mis versos… recuerdos… de mil y un besos. Y sigo a pinceladas moldeando con fervor siluetas de la dama que la vendetta juró.
Tímidos diamantes resbalando por su escote, perdiéndose entre volcanes ardientes, paraíso, de mi goce impaciente. ¡¡Deseaba tanto cobijarme en sus pechos!! y morir… sí, morir a besos, besos de corales en boca de rubí enlazando corazones de diablesa y querubín.
Ya no duerme a mi lado sus caricias se llevó. Somos el único lazo… del amor y la aversión. Y no hay perdón y yo muero estrujándome el corazón y ella….
Hoy… un día cualquiera ocupo tu mesa, reservo tu silla por si vinieras y espero, garabateando mis penas en la servilleta. No vendrás, lo se, pero espero, siempre te espero. Y vuelvo a recordar y recuerdo… como y cuando te empecé a querer, cuando y como tu desdén. Y no, no es castigo, no pienses ni por un segundo que condeno tu perjuro si en soplo de viento encierro tu orgullo. Y no me impidas que te busque y no me impidas que te siga aunque corras y aceleres, que no me importa perecer si con ello…lo consigo. Pues no eres tú la que mis besos rehuye, son ellos los que te influyen.
Hay Dios del cielo, a vos me encomiendo, pues, la muerte nos persigue hambrienta por una asesina carretera corriendo a ciento cuarenta entre curvas polvorientas derrapando en el abismo… que separan cielo y tierra. Y de pronto... se rompe una valla, un coche que salta... un vuelo sin alas. Grito ahogado… cuando mis ojos ven a mi amada cayendo en vuelo picado. Silencio... no oigo... no veo… negro velo... negra caricia a la muerte me lleva. Y la vivo… y la veo entre pétalos rojos cubriendo su cuerpo, con pose insinuante llamaba a mi gozo...Más... que fantasiosa es la imaginación que la veo hermosa en su invitación. La oía llamarme... era su voz, pero su boca... no se movió. Me miraba a lo lejos... más... su vista se perdió apagándose el verdor de sus espejos...Ay... que no eran pétalos lo que su cuerpo cubrió, ni insinuante su pose pues...así cayó. Y no me dejaron tocarla, no me dejaron limpiar la nieve rojiza que cubría su cara. Y yo... moría por besarla.
Del abismo subió en cama flotante, muñeca de trapo con brazos colgantes. Y yo... corrí a socorrerle. No me dejaron siquiera acercarme y yo... moría por besarle. ¡...Ay... furia de mí...! entre ruidosa sirena yo sucumbí. ¡¡Un beso solo pedí...!! un beso para hacerla vivir.
Y solo veo y solo pienso... en pétalos rojos cubriendo su cuerpo. Un beso, solo pedí… un beso... Y solo quiero soñar, soñar con sus ojos verdes, verdes ojos que me incitan a... un beso, solo pedía un beso, solo eso.
Garabatos son mis recuerdos entre gurullos de papel, que lanzo lejos para que lleguen al fantasma de una mujer. Ella me hiere a muerte, mátame mil veces si con ello vuelvo a ver... el brillo de tus ojos verdes. A mi mente vuelve... el recuerdo de un beso ¡yo solo pedía eso! ¿Quién me robó mi beso?
Hundiéndome en el infinito... olvido, cayendo en silencio, vencido. Duele sentirla tan profunda y tan adentro, duele, sentirse tan muerto. ¿Un beso...? ¿Por qué me viene el recuerdo de un beso? Vago entre bocanadas de recuerdos confundidos entre sueños, no distingo el despertar… oscura noche de velos... Silencio... solo se escucha el silencio, silencio oliendo a incienso, silencio entre muñecos que fueron de carne y hueso con suspiros y lamentos. Y cierro los ojos y pienso en ella, nunca dejaré de quererla. Y lloro la ausencia de sus caricias, y me sigue embriagando su olor traído por la brisa, y en mi mente la vuelvo a ver, sé que nunca la dejaré de querer. Es entonces cuando siento... la caricia de un beso.
“…Cuéntame un cuento…”
ANA MARÍA MADRID.