Breve biografía de Josefina Ezpeleta
Nació un 28 de julio de 1950 en la ciudad de Holguín, en el oriente cubano. Se graduó de Maestra de Piano, Solfeo y Teoría en 1963. Cursó la carrera de Ingeniería Ingeniera Radiotécnica, culminándola con lauros en 1973. Fue fundadora del Movimiento de Aficionados en La Habana, donde residía desde pequeña y siempre participó en diversos festivales como pianista, declamadora y actriz, recibiendo primeros premios y menciones por su actuación en festivales nacionales. En 1991 cambió radicalmente de profesión y comenzó a trabajar en el Museo Nacional de Historia Natural de La Habana, en el cual llegó a ocupar el cargo de Vicedirectora Cultural. Cursó varios posgrados, tuvo un entrenamiento en el American Museum of Natural History de Nueva York y se diplomó en Marketing Cultural. En 1999 comienza a trabajar como editora de inglés en la Editorial José Martí, en La Habana, llegando a editar 24 libros en inglés, 7 en español y 5 bilingües; tradujo además 5 libros del español al inglés. En el año 2005 pasó a residir a la ciudad de Miami. En el año 2009 fundó su propia compañía, Voces de Hoy, de la cual es también Subdirectora y Editora Principal, habiendo hasta el momento editado, diseñado interiormente y compuesto digitalmente más de cien libros. Escribe desde pequeña, poemas y cuentos suyos se encuentran en varias antologías nacionales y extranjeras, así como en revistas literarias; ha sido jurado de concursos literarios internacionales. Ha publicado hasta el momento: Bosque de bojs (poemario, 2008), Me lo contaron las vicarias (cuentos, 2008), Aleteos de un zunzún (cuentos infantiles, 2008), Ecos de mis antojos (poemario, 2009), De la Loma al verso (poemas y prosa poética, conjuntamente con Pedro Pablo Pérez Santiesteban, 2009) y De mí lo mejor. Tras las ventanas del alma (poemario, conjuntamente con Mabel Valdés, 2011).
Mi Yaksha[1]
cuántos siglos
llevas siendo
mi fiel Yaksha
has estado ahí
siempre
sin parpadear
cuidando de mi
guardando mi virginidad
para el Elegido
no han importado la lluvia
ni las tormentas
ni los fuertes vientos
has resistido todos los embates
—hasta los del tiempo—
en el mismo lugar
enhiesto
inerte
vigilante
nadie ha podido
mancillarme
soy virgen hasta de un beso
y tanto en las noches frías
como en los días de sol ardiente
no has dejado que hollen mi morada
ni me mirabas
para no cejar en tu empeño
de cuidarme
de que nadie ultrajara
ni mi cuerpo ni mi alma
te petrificó el tiempo
y ahí quedaste
mi Yaksha
sin saber
que el Elegido eras tú
[1] Yakshas – estatuas que guardan un templo budista en Tailandia, el más sagrado del país.