sábado, 8 de diciembre de 2018

VIRTUAL: ANA MARI MADRID - ESPAÑA EN IX ELILUC


ANA MARI  MADRID - ESPAÑA

BIBLIOGRAFÍA:  Poeta y autora de novelas, relatos, cuentos, poemas.

Reconocida y premiada en República Dominicana, Miami, Lating Heberinge EEEUU, Chile, Radio Tular Irratia de Vizcaya (España), centro de estudios poéticos de Madrid (España),

 

Novelas editadas: Pasaje de ida, en la editorial Patumaire (Barcelona, España). Mujeres de un par de tacones, en la editorial Circulo Rojo (Almería, España)

Cuentos editados: La panda del panda, en la editorial Patumaire (Barcelona, España).

Poemario editado: Noches Nupciales, en la editorial Patumaire (Barcelona, España).

¿Quien se mete en los zapatos de esas personas que se hunden y no encuentran renaceres cuando pierden lo que más quieren? Dolor que rompe. Les doy mi abrazo para que se levanten abrazando de nuevo a la vida y… no es suficiente, nada es suficiente cuando se muere en vida.

 

CUATRO VELAS NEGRAS CON UN...

Tengo el corazón enfermo y la mente ida

dando bandazos en la mazmorra de la desolación,

escribiendo cartas de despedida.

¿Cuándo llegará la hora de mi liberación?

¡dime cuándo señor!

Te llevaste mis ganas, mi ilusión, mi... amor,

te lo llevaste todo sin pensar que aquí me quedaba yo,

buscando sus sombras, reflejos en los espejos rotos de mi razón.

Tristes horas, tristes días, tristes sí, con rencor, recelo y rebeldía.

Mi melancolía.

Hurgo en mis entrañas que se revuelven odiando amaneceres,

no quiero despertar y la vida se empeña y me empuja

sacándome a patadas de una cama que ya no aguanta mis trifulcas ,

que ya ni goza ni me cobija entre sus arrugadas sábanas,

no quiere secar mis lágrimas.

Cuatro velas negras llamando a la muerte,

que  las apaga con gestos que muerden.

¡NO ME DES LA ESPALDA! Le grito,

¡no es la hora ! me responde en silencios de noches de desvelo.

No olvido.

Y me levanto y me visto y me peino,

y salgo al trabajo maquillando mis desprecios mañaneros

ahogados entre cafés, tabaco y…“golosinas” de mi pastillero.

Otro día odiando caricias de vida,

el tiempo se empeña regalándome su dicha, “olvida”, y yo….

ni escucho, ni veo, huyo y… pasa, pasa despacio en mi desespero, pasa...

corriendo marcando sus zancadas en mis huesos, en mi pellejo,

mientras yo… enciendo cuatro velas negras con un… ¡te espero!

Mala hierva en la fuente del ego.