domingo, 20 de diciembre de 2009

Tomás Prieto - Una brillante ocasión

Paseando por Coral Gables, y ultimando mis dias de vacaciones me topé con un local haciendo esquina que rezumaba a priori sabor y magia. Distraídamente me adentré en el y me vi completamente seducido por el ambiente que rodeaba sus diferentes espacios. Reuniones de señores bien pertrechados parloteaban alrededor de una pareja que ensimismados echaban una partida de ajedrez, y como pude me hice un hueco para meter mi cabeza en aquél corro llamando la atención de todos los presentes por mi intromisión.



- Buenas tardes.-dije alegremente, aunque tras la mirada inquisidora disculpada por uno de los jugadores, añadí.- Disculpen –retirándome poco a poco con la culpabilidad asumida de haber distraído a uno de los adversarios, que al parecer estaba a punto de perder la partida.-



Así que ante aquel primer fiasco, decidí sentarme en el patio y sacar de mi vieja mochila el libro que estaba terminando de leer durante mi viaje, “La Mácula Púrpura”, una novela de un novel autor sevillano que había conseguido arrasar en las librerías con ésta su primera novela, inmiscuyéndose en los mundos internos y secretos de la Iglesia y del noble gremio de la Hostelería, levantando ampollas en más de un circulo por los dimes y diretes que describía en sus páginas.



Fui a pedir un café y ante la variada carta que tenía ante mis ojos, no tuve más remedio que dejarme llevar por la intuición de que el bautizado con el nombre del lugar debía de ser el mejor. Si era así, no lo sé, pero el café Demetrio que me pedí me resultó de los más deliciosos que había probado en toda mi vida. Centrándome en su espuma y en la trama final del libro comencé a disfrutar de un momento único y del todo relajante, hasta que una reunión de señoras, sentadas justo detrás de mí, comenzó a hablar sobre un encuentro literario que iba a celebrarse en aquél Café el día 15 de Diciembre.



- “Luz del corazón”, ¿no me digáis que no es precioso el nombre que han elegido?-decía una de ellas.-



Si que es bonito el nombre, dije para mí, pensando en que sería una buena experiencia participar en un evento de las características que describían aquellas animadas mujeres. ¿Quizás gusten mis poemas a otras personas que no sean a mi madre? ¿Pero para esa fecha ya estaría de vuelta en mi país? , no importa. Me acerqué a ellas y les pedí información más detallada sobre el evento, a lo que gustosamente accedieron informándome de la posibilidad de participar a distancia enviando mi poema o escrito por correo.



- ¡Estupendo!-exclamé, agradeciendo el empujón que daban a mi afición por la escritura, invitándolas a continuación a otro de esos maravillosos cafés Demetrio, mientras llevado por la euforia de que mi poema resultaría todo un éxito, compadecía a lo lejos al maleducado jugador de ajedrez que acaba de abandonar su puesto en el tablero.-



Así al llegar a casa, con el recuerdo de aquella maravillosa tarde en mi retina, recuperé uno de esos poemas que guardaba celosamente en un cajón y lo envié para que se expusiera en el “Primer Encuentro Literario Luz del Corazón”. Éste decía así:



TOLERANCIA



GRITA DESESPERADO
MUESTRA TU INCOMPRENSION
DESVELA TU INCONFORMISMO
NO ENCIERRES TUS IDEAS
Y LIBERA TU PENSAMIENTO
TODO ESTO ES MOTIVO DE VIDA
PERO COMPRENDE QUE QUIZAS
TU GRITO NO CALME LA DESESPERACION DE OTROS
TU INCONPRENSION NO SEA COMPRENDIDA
TU INCONFORMISMO NO SEA CORRESPONDIDO
TUS IDEAS NO SEAN COMPARTIDAS
Y TU PENSAMIENTO RESULTE EXTRAÑO
POR TODO ESTO MEJOR COMPARTE TU VIDA
Y SERA ACEPTADA SI SE ENTREGA
DE VERDAD Y CON TALANTE.




Tomás Prieto


(Salmorelli)