martes, 18 de mayo de 2010

Poemas de la poeta Angeles Fernangomez

PRIMAVERA




Sobre granito plano

mi espalda piel y piedra.

Danzo quieta al son
de los sentidos de mi ser salvaje. Libre.
Frescor gris de rocalecho,
sol sobre mi frente,
agua en mis finales doloridos.
Asfaltado arroyo culebrero
de florecillas remojadas blanco intenso
(más habrá que serán fruto en la dehesa).
A la pregunta aguda de un jilguero
contesta el viento sacudiendo ramas
-quizá para llevar la canción a su compadre,
y regresarle la respuesta que precise-.
Y el lagarto ocelado...,
inmóvil...,

ni respira…,
no existe si hay sospecha de peligro;
pigmento es del espacio en que apoya el vientre.
Renacuajos diminutos berro abajo.
Y el arco iris desplomado entre la hierba y las hormigas.
Yo...,

no sabía cómo unir en una nota tanta música

enredada entre mis sienes. Y trencé margaritas.
Y me puse una corona.









EL ALMA DE ULISES

Yo vi a Ulises regresar de Troya mar afuera
y despertar sobresaltado en las playas de su Ítaca.
Ella esperaba sin saber de cíclopes
ni cantos de sirena.
Llovía polvo de luna menguada
sobre el mar, ya plata.
¡Penélope! –decía, ¡devuélveme mi alma!

Yo vi también que, regresando muchas lunas,
-en una noche en que la pena
le estalló en el vientre-,
se hizo ella con el alma de su amado.
Y la tejió a sus senos, y a su boca..., y a su cuello,
y a las telarañas de su misma alma.
Se quedó con ella hasta hacerle regresar a Ítaca.

Yo vi que el mar
alcanzó en olas moribundas
sus cuerpos abrazados,
bello el de él, y ya sin alma..
Y el cuerpo de Penélope, desnudo,
poseía, en diminuta porcelana,
las dos almas.

Yo vi lo que pensaba esa mujer, lo vi en sus ojos:
Zeus no llovió sobre el camino (*)
él, no era Ulises, no Odiseo,
sólo cuerpo, el mismo cuerpo sin esencia,
y ella, no podía
devolverle ya su alma.
¡Amor mío! ¡Te he pensado tantas veces..!

Yo vi que, de soñarlo,
se le enmarañó la magia en soledad
para hacerle compañía:
No estaba sola.
Ella, era él. Y ella... ¡Y los dos!
Él no era nada.
Sólo un cuerpo que llegó hasta Ítaca.


Por Angeles Fernangomez


http://www.afernangomez.blogspot.com/