Sin orden especifico
"Arcángel Miguel" es uno de los microrrelatos de mi libro Brevedad habitada. Lo escogí para participar en la convocatoria de la organización Eliluc Luz Del Corazon Mlarrinua y su presidenta la escritora Mery Larrinua En estos momentos que sufre la humanidad debido a la pandemia del Coronavirus hay que mantener la fe y esperanza, de que pronto, todo volverá a la normalidad.
"Arcángel Miguel"
Percibí el inusitado aroma a flores que inundó el lugar, cuando después de vencer en otra de sus batallas, el príncipe celestial hizo su aparición, seguido por su Legión de Ángeles. Liderando su ejército se enfrenta sin descanso, para proteger a la humanidad, de la maldad que esparcen Satán y sus discípulos. Por eso, a pesar de las guerras, pandemias, vicios y apegos, prevalece el bien y sigue imperando la luz.
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TEJIENDO VERSOS
Viendo la noche atraves
de mi ventana, es aun temprano
y el sueño no viene todavia.
La soledad y el hastio me gana
llevandome en este viaje;
de nostalgia y de melancolia.
Una a una fluyen las palabras,
las ideas se agolpan confundidas,
entre sueños e ilusiones,
fabulas y pantomimas,
que en mi mente …
toman forma y cobran vida.
En un cordel hilando
voy las rimas.
Bordando lentamente las estrofas.
Con amor y pasion desmedida,
entrego el corazon
y trozos de mi propia vida.
Tejiendo voy los versos
que escribo con el alma.
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Edit Ojeda-Argentina
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Niurka Lopez- Cuba-USA
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Gloria Ortega Tartaglione-Cuba-USA
MUNDO INCIERTO
Nubes pasando lentamente,
el sol detrás de las fachadas,
una tarde tibia y silente
con tristes caras preocupadas.
con tristes caras preocupadas.
Camino de siempre hoy desierto,
hojas movidas por la brisa,
cambio universal, mundo incierto...
¡vendrá la fe con la sonrisa!
Bebé Ortega
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Margarita Prawl
Itzel
Comparto la idea de que todos venimos a la tierra con un propósito creativo, aunque algunos nunca lo sepamos, o peor aún, lo ignoremos; y cuando tenemos la suerte de descubrir esa vocación temprano en la vida y la honramos dedicando a ella nuestra existencia, podemos considerarnos bendecidos; como Itzel, mi sobrina menor.
A los cinco años tenía su propio jardín, dos perros y tres gatos que cuidaba con una pasión que a mi hermana siempre le pareció desmedida. Y así creció, rodeada más de plantas y animales que de juguetes. Su biblioteca personal crecía con ella, cambiando solo la profundidad de los textos, siempre relacionados con la naturaleza. Durante el último año de sus estudios preuniversitarios tuve que salir del país por cuestiones de trabajo. Cuando regresé y volví a ver a Itzel ya había elegido la carrera que estudiaría. Se había decidido por la Arqueología. Quise disuadirla por lo decepcionante que podría ser dada las limitadas posibilidades de investigación que tendría que enfrentar en nuestras circunstancias, pero ella fue tajante:
-A pesar de que el impacto del ser humano en el medio ambiente es tan antiguo, se sabe muy poco sobre el comportamiento de civilizaciones pasadas, y es muy probable que esta no sea la primera vez que el hombre se enfrenta a una situación de emergencia climática. Tal vez buscando en el pasado se puedan encontrar indicios, ideas, que nos ayuden a ser más inteligentes y certeros y finalmente se pueda revertir todo el daño que se está haciendo a los ecosistemas. Ayudaré en ese empeño, tía -me dijo. Y fue tan contundente que no tuve dudas de que sería así, aunque no podía imaginarme cómo ni en qué lugar de este mundo podría conseguirlo. Hasta que llegó el día de su graduación.
El Aula Magna del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana nos recibió con la sobria elegancia de sus grandes momentos. Todo transcurrió en el tiempo y las circunstancias programadas, con la única excepción de la intervención especial e inesperada para nosotros de uno de los invitados de honor: el representante de la UNESCO en Cuba. Le correspondió leer el nombre de quien había resultado primer expediente, y a quien traía una invitación.
No me sorprendió escuchar el nombre de Itzel. La invitación, sin embargo, nos dejó pasmados. El Señor X dio lectura al documento oficial donde le ofrecían la oportunidad de participar, junto a un equipo multidisciplinario, en una serie de investigaciones que empezarían en breve en el sitio arqueológico de Uxmal, en México, patrimonio de la Humanidad desde 1996; allí formaría parte de un proyecto de la organización, que además se encargaría de todos los gastos. Itzel debía partir en una semana.
Los preparativos, las gestiones oficiales y la reticencia de mi hermana, constituyeron todo un paquete de angustia que tuvo a la familia estresada; a todos menos a Itzel, quien siete días después volaba a Mérida con la absoluta seguridad de que algo extraordinario esperaba por ella.
Llegó al anochecer al hotel Uxmal Resort Maya, ubicado a solo tres minutos del sitio arqueológico. Incluyendo a mi sobrina, el equipo de trabajo estaba compuesto por quince especialistas de diferentes ramas de la ciencia entre los que había siete arqueólogos y otro personal de apoyo.
A la bienvenida le siguió la cena y a continuación la primera reunión de trabajo. Las labores empezarían al día siguiente. Solo después pudo Itzel subir a la habitación que compartiría con una de sus colegas.
Al entrar, sus ojos chocaron con la puerta de cristal que daba al balcón a través del cual le llegaban reflejos danzantes de una visión imprecisa que la hizo salir y acercarse a la baranda. No había luna, pero un resplandor espectral vestía de azul grisáceo hasta donde alcanzaba la vista; desde la piscina, seguida por la floresta exuberante que rodeaba la instalación y hasta los edificios de la ciudadela de Uxmal, donde su mirada se detuvo. Una sensación de inquietud empezaba a usurpar su contemplación mientras advertía que una riada de nubes se abría paso desde los edificios del sitio arqueológico abalanzándose hacia ella, esbozando imágenes indescifrables que al momento se desdibujaban para dar origen a otras. En segundos se vio envuelta en un manto sofocante de niebla que se oscurecía por momentos y le impedía respirar.
—Itzel! ¿Estás bien? —su compañera de cuarto la sacudió de un brazo sacándola del trance.
—Sí —mintió.
—Llevas un rato ahí de pie y me pareció oírte llorar.
Itzel quedó aún unos segundos sin moverse y no quiso mirar a la joven que permanecía a su lado porque se dio cuenta de que en realidad estaba llorando y que un raro sentimiento de desamparo se había apoderado de ella. En cuestión de segundos descartó el motivo que supuso pudo llevarla a aquel estado. No había tenido tiempo de extrañar a su familia porque acababa de llegar y estaba muy emocionada pensando en su primera experiencia como arqueóloga. Pensó entonces que sería el cansancio acumulado y que debería darse un buen baño y descansar y así borrar la angustia que le había dejado la peregrina experiencia.
Durmió mal, dio vueltas en la cama y soñó con las mismas imágenes, entonces acompañadas de voces que no podía comprender.
Al alba, el grupo partió en su breve viaje hacia las ruinas en una caravana de dos microbuses y una furgoneta con los útiles de trabajo. Cuando entraban al sitio, lo primero que apareció ante ellos fue la imponente silueta de la Pirámide del Adivino, de donde Itzel no tuvo fuerzas para apartar la mirada y, por varios segundos, percibió el abrazo tibio de la bruma y la sensación de sofoco de la noche anterior. Antes de empezar las labores decidieron dar un breve recorrido por los edificios cercanos al lugar donde estarían trabajando. Al acercase a la pirámide, que fue el primero, sintió como si la mole de piedra tirara de ella cual un inmenso imán y ella fuera un diminuto pedazo de metal. Itzel sabía que las pirámides funcionan como catalizadoras, transportando en su interior la energía cósmica que se condensa y activa, y que, dentro de ellas, se podría encontrar incluso energía electromagnética, como arrojó un estudio sobre la pirámide de Gisa. Pero la experiencia que ella estaba viviendo era algo más. Sus agudos sentidos le indicaban que la pirámide debía estarle enviando un mensaje y que si no era capaz de entenderlo tendría que subir hasta lo más alto, venciendo su terror a las alturas, consciente de que escalar sus treinta y cinco metros a través de los escalones estrechos y empinados sería un gran reto; pero con cada segundo frente a ella, la sensación se fue convirtiendo en determinación.
El lugar de las excavaciones no estaba lejos, y todo el día tuvo la sensación de que estaba siendo observada desde la pirámide.
Después de la cena se retiró a descansar y, evitando dirigir sus ojos hacia la puerta de cristal del balcón, se aprontó para irse a la cama. Necesitaba dormir y prepararse para el día siguiente en que, por fortuna, todo el grupo había acordado subir a la pirámide.
Despertó de un sueño irregular lleno de imágenes y ruidos. Estaba sentada en el piso de una ruina con la espalda apoyada en una pared que algunos metros a la izquierda se abría en lo que parecía una puerta. Pasó la vista del reloj, que indicaba las dos y cuarto de la mañana, a la pared árida de bloques de piedra con tonalidades de gris y marrón que se levantaba frente a ella, sin poder comprender cómo había llegado allí. Se acaba el tiempo, Itzel, escuchó. Sus ojos escudriñaron hasta el último rincón de la recámara, tratando en vano de descubrir el origen de la voz.
Se incorporó lentamente mientras se quitaba el pañuelo azul de la cabeza y lo dejaba caer y se aproximó a la que, pudo comprobar, era la entrada del lugar. Un escalofrío la recorrió al percatarse de que estaba, posiblemente, en lo más alto de la Pirámide del Adivino, conocida como el templo V. Volvió a chequear su reloj. Aunque solo habían transcurrido cinco minutos, parecía una mañana clara de verano.
Quedó hechizada ante los infinitos matices de verde que le llegaban de la selva. Pudo percibir el movimiento de las ramas, el estremecimiento de las hojas y el crujir leve de los troncos en su balanceo. Una brisa con olor a copal emanaba de aquella fiesta esmeralda, e Itzel se sumergió en la espesura con el disfrute de un ave. Volaba lejos, acariciando el follaje alto de ceibas y caobas entre águilas y halcones; después bajaba un poco hasta alcanzar árboles de mamey y jabín, cruzándose con ardillas, monos saraguato, tucanes y codornices; y al descender un poco más, se envolvía en la humedad de árboles y palmeras que no llegaban a más de tres metros de alto, y pudo observar la rica vida que se movía sobre el suelo: tapires, armadillos y jabalíes, jaguares, iguanas y boas; hongos y helechos… Después sintió el frescor de ríos cuajados de cocodrilos, peces, nutrias, tortugas. Y de repente, un calor asfixiante la lanzó de cara contra el piso áspero de la entrada del templo. Se sentó de prisa y buscó la selva con sus ojos, pero la verde exuberancia había desaparecido. De la tierra carbonizada con ribetes negros y grises que se extendía hasta el horizonte brotaban columnas de humo gris y un olor parecido al azufre. El cielo era una manta rojiza que aparentaba inmensos agujeros oscuros e irregulares.
-¿Qué está sucediendo? ¿Qué ha pasado con la selva? -gritó al viento árido y sintió que su voz se hacía débil. Trató de entrar al templo, pero no podía levantarse. Como la noche anterior, le empezaba a faltar el aire y pensó que era el insuficiente oxígeno en aquella atmósfera contaminada y enferma. La vista se le hacía borrosa, no sabía si por las lágrimas o por la seguridad de que ya no había nada que hacer.
Abrió los ojos con los acordes del despertador y la visión de la tierra devastada. Había sido un sueño tan intenso que se apresuró al balcón a asegurarse de que la selva estaba ahí. El día amanecía deslumbrante, y, agradecida por la visión, llenó sus pulmones una vez, dos y en la tercera aspiración percibió el olor del copal que había experimentado en el sueño. Miró en dirección a la ciudadela y como una luz que de repente se enciende comprendió que las raras percepciones que había tenido desde su llegada y el inquietante sueño habían sido un llamado de la energía creativa del universo. No le extrañaba, porque hasta donde recordaba siempre había sentido una conexión incomprensible y a la vez entrañable con la naturaleza que la rodeaba. Ese sentimiento inexplicable había guiado sus intereses, sus lecturas y su decisión de ser arqueóloga y supo también en ese momento que estaba en Uxmal no solo por haber sido la mejor de su grupo.
Entró a la habitación y recién notó que vestía la ropa de trabajo que no recordaba haberse puesto.
-No te olvides de protegerte el cabello o se te estropeará -le oyó decir a su compañera de cuarto, que iba de salida.
Tomó otro de los pañuelos porque no encontró el azul, y recordó que en el sueño se lo había quitado. Sin embargo, era tal su conexión con la magia que al menos ella respiraba allí, que cuando subieron hasta lo más alto de la pirámide como habían acordado, no solo olvidó que temía a las alturas, sino que fue directa al lugar donde sabía que encontraría el pañuelo.
Para Itzel todo estaba claro, aunque no podía comentar nada con sus nuevos compañeros porque sabía que la tomarían por loca. No tenía la menor duda de que El Espíritu Maya la había convocado para que se uniera a las fuerzas que, con los pies muy bien puestos sobre la tierra, llevaban a la práctica acciones concretas para cuidar la Tierra.
Pocos días le bastaron a Itzel para contactar con la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Yucatán y unirse a ellos en las labores de conservación del entorno en las comunidades indígenas mayas junto a la casi totalidad de sus colegas. Al terminar el programa de trabajo en el sitio arqueológico, tres meses después, habían recuperado nuevos artefactos y reinterpretado descubrimientos anteriores y dieron también un gran impulso a varios de los proyectos de la SDS. Fue allí donde surgió el entonces pequeño grupo Uxmal, que con Itzel al frente, ha ido incorporando cada vez más personas y gobiernos hasta convertirse en lo que es hoy, una poderosa fuerza que va concretando logros en la restauración de ecosistemas, recuperación de la biodiversidad y reversión del cambio climático.
Desde entonces han transcurrido cinco años. Itzel no puede visitar su casa materna con mucha frecuencia porque además del trabajo a favor del cuidado de la Tierra no ha dejado de ejercer la Arqueología, que, según me dice, es de donde se nutre. Me ha asegurado que el contacto con civilizaciones pasadas a través de cada nuevo artefacto encontrado es fundamental, y que cada vez le es más fácil entender y comunicarse con la tierra. Por supuesto, solo a mí me comparte ese tipo de experiencias porque sabe que le creo. Por fortuna, ya son varias las personas de su equipo que tienen la posibilidad de comunicación con las fuerzas creativas. En lo personal, hoy más que nunca confío en que será posible recuperar la fertilidad de la tierra, purificar la atmósfera y sanar los ríos; gracias, en gran parte, a Itzel.
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"Siempre estara presente"
Hoy cierro los ojos y veo la imagen de mi madre dedicada plenamente a conformar el caracter y dispuesta a todo por la formacion de sus hijos. Siempre en mi emerge dominante y triunfadora, como centro hegemonico y una administradora sin igual.
Recuerdo con nostalgia todo lo vivido a su lado, o en compañia de mi hermano..., o tal vez los tres juntos. Salir con nuestra madre, siendo unos niños constituia para ambos..., creo que para los tres, toda una fiesta.
Pero ahora que ya no esta junto a nosotros, la valoro y admiro en su integridad y la evoco con nostalgia. La siento muy cerca de mi..., aca en mi corazon, en mi mente y su imagen siempre estara prrsente.
Hoy cierro los ojos y veo la imagen de mi madre dedicada plenamente a conformar el caracter y dispuesta a todo por la formacion de sus hijos. Siempre en mi emerge dominante y triunfadora, como centro hegemonico y una administradora sin igual.
Recuerdo con nostalgia todo lo vivido a su lado, o en compañia de mi hermano..., o tal vez los tres juntos. Salir con nuestra madre, siendo unos niños constituia para ambos..., creo que para los tres, toda una fiesta.
Pero ahora que ya no esta junto a nosotros, la valoro y admiro en su integridad y la evoco con nostalgia. La siento muy cerca de mi..., aca en mi corazon, en mi mente y su imagen siempre estara prrsente.
Enrique A Meitin
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AL VOLVER A LA LUZ.
Cuando esta oscuridad pase
Y podamos volver a ver la luz
De entre las sombras saldremos
Lloraremos por los que se fueron
Tocaremos a rebato las campanas
Y aplaudiremos a los que nos dieron salud.
Lloraremos por los que se fueron
Tocaremos a rebato las campanas
Y aplaudiremos a los que nos dieron salud.
Cuando esta oscuridad pase
Y nos abracemos los unos a otros con temor
Le daremos gracias humildemente al cielo
Cantaremos juntos un himno de alabanza
Y solo entonces sabremos de haber conocido
¡La infinita Misericordia de Dios!
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- CORONAVIRUS
Cuanto quisiera volar
por encima de los cerros
y las nubes poder tocar
mirando caer la lluvia
sobre la tierra y el mar,
que los vientos puedan soplar
por encima de este tiempo
-que brille de nuevo el Sol
Y que nos alumbren estrellas
Para podernos salvar…
Que el Sol ya no se esconda
Que entre montañas brille
y regrese hasta el horizonte…
que no rujan ya las fieras
ni presagios de lechuzas
y sus miedos esparciendo
que en el alma se van metiendo…
perpetuando inquietudes,
por tantas infinitas muertes
que jamás comprenderemos…
Es un dolor profundo
horrible por la tristeza
va amenazando cabezas
de forma muy popular
amedrentando con su mal
historias que lo acompañan…
humanamente pobrezas
teniéndolo las que aceptar
sin la solución más leve
que aun no podemos alcanzar…
Hermanos todos unidos
superemos al destino
prudencia es el camino
eliminemos al Coronavirus…
Poniendo disciplina, atención…
resguardando al planeta
que aparezca la solución
emprendamos la tarea;
enfrentemos el inframundo,
para salvar al Mundo…
Aprendiendo de las rosas
que utilizan su belleza
sus colores, su nobleza
por espinas defendidas
ellas continúan divinas…
adornando cada jardín…
¡Salvémonos, no es el fin!
hay que conquistar la vida
optimista debemos ser
y todos le oremos, a Dios…
L.S.L.
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Maritza Trujillo Cuba-USA JORINGUE
Con los ojos cerrados Candita la médium cabecera, empezó a recitar de memoria las oraciones preliminares a una sesión espiritista. Agarró el vaso de agua que estaba encima de una mesa, y salpicó el manojo de rompesaraguey y albahaca que tenía en la otra mano. Luego dió ramajazos a los presentes que en pie, tomados de las manos, formaban un círculo.
De repente, todos empezaron a cantar: "olilé, olilá, oliléee oliláa", al mismo tiempo que se movían rítmicamente. Bailaban el llamado "cordón". -iSíganlo!, síganlo! decía la médium,-i no lo rompan!.
Una mujer cayó redonda al suelo con los ojos en blanco y echando espuma por la boca. Candita la tomó de las manos, la levantó y la santiguó. Había "pasado" un espíritu. Ella se calmó y siguió bailando el cordón.
Era una reunión de "limpieza". La dueña de la casa había solicitado la asistencia de sus hermanos en creencias, porque necesitaba "desenvolvimiento" para su casa y sus espíritus protectores.
A la grey infantil hijos de algunos de los médiums, no les permitían entrar al cordón, pero curiosos con los ojos abiertos como platos se agolpaban en la puerta, observando sin perder detalle todo este ritual.
Los médiums continuaron "pasando" espíritus. Todo duró más de una hora. Antes de "cerrar' la sesión llamaron a los menores que no se atrevían a pestañear aterrados, con sus corazones desbocados, para ser santiguados.
Por fin, todos se despidieron y se fueron a sus respectivos domicilios.
Al llegar a su casa, Candita urgió a su hija:
-iMariela recuerda que hoy es domingo!
-iCorre a bañarte, que llegarás tarde al Catecismo!.
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Mariana Mongeli-
- ¿ Volveremos al origen de los tiempos ? ... Tal vez podamos recuperar los " te amo, te extraño" quién sabe los abrazos, porque se dice que existen los " abrazos virtuales " pero , la verdad,es que no los comprendo, como tantas otras cosas.
Veo deslizarse mis Letras por un extenso tobogán en busca del sol y descubro a los seres de la Tierra, acurrucados en la ternura , como escondidos de un enemigo invisible.
Reina el silencio y la soledad ...
Sería importante sellar esa cerradura sublime que todos tenemos en nuestro interior , para que no se escape el alma también.
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ROSA MIRO-Cuba-USA
EL PASEO.
SEÑAL REVELADORA.
La brisa marinera caía sobre la tarde con su acostumbrado hálito de salitre. El Sol, de un verano mortecino, invitaba a los juegos infantiles al aire libre, bajo la sombra de los abundantes y bien dispuestos árboles que adornaban el paseo. Mi vestido, de un azul tenue, ceñía cómodamente mi cintura, abriéndose en una amplia falda que sólo dejaba ver mis zapatos recién estrenados. Un pequeño bolso de mano y un ligero tocado en la cabeza, completaban mi atuendo. Y yo era feliz. Sentía una felicidad inexplicable. Plena.
Apoyaba mi mano confiadamente en el brazo del joven que me aompañaba. También vestía de azul, de un tono más oscuro, sobio, elegante. No sé hacia donde nos dirigíamos. Solamente paseábamos nuestra felicidad recién estrenada. Intercambiamos saludos, sonrisas, gestos corteses con quienes nos encontrábamos a lo largo del paseo, en medio del juego de colores de las plantas, de las pequeñas aves, de las mariposas, de las ropas, y adornos personales.
Avanzábamos a pasos cómodos. A pesar de estar dentro de mi ropa, yo sólo me veía de espalda, al igual que mi acompañante en el paseo. Las amplias losas que cubrían el sendero se fueron traansformando imperceptiblemente. Ahora paseábamos sobre una superficie algo irregular, como si el sendero estviera cubierto por una capa de pequeñas piedrecitas.
Inesperadamente percibí la presencia de una hilera de arbustos cortados a la misma altura, y que formaban una especie de límite al paseo. En algún momento me sentí inquieta.
Yo no estaba dentro de aquella ropa, ni dentro de aquella joven que era yo. No conocía el rostro del joven que me acompañaba, ni de mi misma, ni podía explicar la felicidad que me producía su compañía, ni podía distinguir los rostros de las personas con quienes nos encontrábamos, sin dejar de serme familiares, o al menos, conocidos.
De pronto reconocí que algo inesperado y desconocido me impediría seguir paseando por ese sendero, pero tampoco veía otra salida. Aquellos arbustos no dejaban espacios entre sí. Mi inquietud sobrepasó los límites de mi profundo sueño.
Al despertar, me sorprendió la sonrisa de mi madre, y una frase cariñosa. Mientras me acariciaba, le comentaba a mi padre: “Parece que la niña tuvo un sueño”.
ROSA MIRÓ SANTANA.
SEÑAL REVELADORA.
Tuvo un sueño la niña soñadora
perdido entre los puntos cardinales:
tonos verdes y azules en cordiales
detalles de acuarela, sin demora.
Señales de la angustia a cualquier hora
volcaron sus pasiones pesonales
y hallaron en las sombras ancestrales
una señal de Luz en cada aurora.
En su pecho de la niña soñadora
quedaba la pujanza de los sueños
sin vocablo capaz de describirlos.
Ansiando la Verdad que la devora
sepultó la pasión en el empeño
con temor de ocultarlos o decirlos.
ROSA MIRÓ SANTANA.
SEÑAL REVELADORA.
La brisa marinera caía sobre la tarde con su acostumbrado hálito de salitre. El Sol, de un verano mortecino, invitaba a los juegos infantiles al aire libre, bajo la sombra de los abundantes y bien dispuestos árboles que adornaban el paseo. Mi vestido, de un azul tenue, ceñía cómodamente mi cintura, abriéndose en una amplia falda que sólo dejaba ver mis zapatos recién estrenados. Un pequeño bolso de mano y un ligero tocado en la cabeza, completaban mi atuendo. Y yo era feliz. Sentía una felicidad inexplicable. Plena.
Apoyaba mi mano confiadamente en el brazo del joven que me aompañaba. También vestía de azul, de un tono más oscuro, sobio, elegante. No sé hacia donde nos dirigíamos. Solamente paseábamos nuestra felicidad recién estrenada. Intercambiamos saludos, sonrisas, gestos corteses con quienes nos encontrábamos a lo largo del paseo, en medio del juego de colores de las plantas, de las pequeñas aves, de las mariposas, de las ropas, y adornos personales.
Avanzábamos a pasos cómodos. A pesar de estar dentro de mi ropa, yo sólo me veía de espalda, al igual que mi acompañante en el paseo. Las amplias losas que cubrían el sendero se fueron traansformando imperceptiblemente. Ahora paseábamos sobre una superficie algo irregular, como si el sendero estviera cubierto por una capa de pequeñas piedrecitas.
Inesperadamente percibí la presencia de una hilera de arbustos cortados a la misma altura, y que formaban una especie de límite al paseo. En algún momento me sentí inquieta.
Yo no estaba dentro de aquella ropa, ni dentro de aquella joven que era yo. No conocía el rostro del joven que me acompañaba, ni de mi misma, ni podía explicar la felicidad que me producía su compañía, ni podía distinguir los rostros de las personas con quienes nos encontrábamos, sin dejar de serme familiares, o al menos, conocidos.
De pronto reconocí que algo inesperado y desconocido me impediría seguir paseando por ese sendero, pero tampoco veía otra salida. Aquellos arbustos no dejaban espacios entre sí. Mi inquietud sobrepasó los límites de mi profundo sueño.
Al despertar, me sorprendió la sonrisa de mi madre, y una frase cariñosa. Mientras me acariciaba, le comentaba a mi padre: “Parece que la niña tuvo un sueño”.
ROSA MIRÓ SANTANA.
SEÑAL REVELADORA.
Tuvo un sueño la niña soñadora
perdido entre los puntos cardinales:
tonos verdes y azules en cordiales
detalles de acuarela, sin demora.
Señales de la angustia a cualquier hora
volcaron sus pasiones pesonales
y hallaron en las sombras ancestrales
una señal de Luz en cada aurora.
En su pecho de la niña soñadora
quedaba la pujanza de los sueños
sin vocablo capaz de describirlos.
Ansiando la Verdad que la devora
sepultó la pasión en el empeño
con temor de ocultarlos o decirlos.
ROSA MIRÓ SANTANA.
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Mi
aporte a la convocatoria hecha por Eliluc Luz Del Corazon. Que Dios los
bendiga.
Solo El
Después de la tormenta siempre llega la calma
Confía en el que solo, esto puede salvar
Emprende el camino con Fe y Esperanza
Las aves hoy calladas, mañana cantaran.
Confía en el que solo, esto puede salvar
Emprende el camino con Fe y Esperanza
Las aves hoy calladas, mañana cantaran.
Y
llegara el consuelo para aquellos que lloran
El sol hoy empañado, mañana brillará
Tomados de las manos recordaremos esto
Como un pasado triste que llegó a su final.
El sol hoy empañado, mañana brillará
Tomados de las manos recordaremos esto
Como un pasado triste que llegó a su final.
--------------------------------
ASSIR ALVES DA SILVA- Brasil
EM TEMPOS DE
CORONAVIRUS
Assir Alves da Silva
É preciso manter a calma
Ser mais tolerante
Fortaleça sua alma
Tornando-se um ser pensante
Para vencer a virulência
Unindo as forças
Necessita de prudência
Então agora me ouça
Essa luta só vence
Com muita determinação
Antes se estabelece
Agindo pela razão
Mesmo não sendo como parece
Superando as emoções,
Isso só prevalece
Esvaindo-se das convicçoes .
Coronavirus!
Vai embora por favor
Evitando espanto e pânico
Causando sofriento e dor,
Vai embora maldito vírus
Obrigada pela oportunidade de participar desse momento, abraços.
Assir Alves da Silva
É preciso manter a calma
Ser mais tolerante
Fortaleça sua alma
Tornando-se um ser pensante
Para vencer a virulência
Unindo as forças
Necessita de prudência
Então agora me ouça
Essa luta só vence
Com muita determinação
Antes se estabelece
Agindo pela razão
Mesmo não sendo como parece
Superando as emoções,
Isso só prevalece
Esvaindo-se das convicçoes .
Coronavirus!
Vai embora por favor
Evitando espanto e pânico
Causando sofriento e dor,
Vai embora maldito vírus
Obrigada pela oportunidade de participar desse momento, abraços.
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MARTA BALMASEDA-CUBA-USA
¿Qué
sucedería… si alguien a quien conoces se enamoraría perdidamente de ti?
¿Qué…, qué
sucedería… si alguien a quien conoces se enamoraría perdidamente de ti? Ese fue
el título que mi maestro de escritura le da a un ejercicio literario enviado
por correo electrónico. Una
breve nota adjunta especifica que se debía escribir desde el corazón y deseaba
un poco de poesía en la misma. Con mucha
sinceridad y un poco poética empecé mi escrito. ¿Qué sucedería… si alguien a
quien conozco se enamoraría perdidamente de mí? Pregunta abierta que precisa de
respuestas cerradas. ¡Todo está en dependencia de quién sea ese alguien!, sería
la respuesta breve y sintetizada a su pregunta. Pero deseo escribir, deseo
contestar y para usted va mi respuesta. El amor es un sentimiento limpio y
profundo, venerado y ansiado; sentimiento que nos hace suspirar de emoción, que
nos hace vibrar de placer. El amor nos eleva a las estrellas formando lindas
esferas llenas de ilusión. Amor es llorar de pena cuando la persona amada está
sufriendo dolor. Después de esta, mi definición de amor, contesto a su pregunta
presentando a dos perdidos enamorados solicitando mi amor. Uno de ellos es
tierno, amable y seductor pero se regocija en que se ganará mi amor. El otro es
hermoso, digno y también es seductor. El primero es egoísta, es malcriado, es
un bribón. El segundo es de cuna, tiene alma y compasión. La respuesta es
cerrada pero mi decisión no. ¿Qué me hizo decidir? Decidió mi corazón. ¿Y qué
sucedería?, me llenaría de amor, de paz, de felicidad. Recibiría de mí el más
dulce de los besos y la mayor amistad. Juntos caminaríamos por el sendero de la
vida, enfrentando los obstáculos, la pena y el dolor. Ser malcriado ya no sería
uno de sus defectos porque por amor se cambia, se lucha, se regenera el alma.
El egoísmo descendería a una escala menor porque cuando se ama se entrega hasta
la vida. Espero que mi respuesta satisfaga su inquietud; habrá errores a
montón, quizás de puntos y comas o quizás de redacción,
mas es mi respuesta sincera, es mi respuesta de amor. Y ahora por su inquietud,
despiertas el alma mía, acaso sería usted, mi profesor de escritura, ese gran
bribón que endulzaría mi vida?
COVID-19
Por Marianela Puebla
Observo al mundo por
el aleph en mi ventana,
un mundo quieto y
aterrorizado avanza por las desiertas calles
esperando el
desenlace, deja un rastro de silencio.
Hasta los pájaros
están en cuarentena, no han abandonado sus nidos.
De vez en cuando se
escucha el ulular de las ambulancias
señalando lo tétrico
del momento.
Me escondo en el
fondo del olvido con mi cuaderno de versos,
quisiera escribir algo
menos trágico,
pero las letras se
niegan en sus atuendos de luto
y rasgan las páginas
con un rastro de duelo.
Mis vecinos permanecen
invisibles, sin un ruido,
pareciera que el temor
ha invadido las ciudades, los países,
y nadie quiere ser el
próximo en desdicha.
Los días han pasado y
la radio anuncia otra muerte,
el cortejo fúnebre ya
no existe, nadie acompaña al que se ha ido,
solo, tendrá que
emprender el viaje al campo santo.
Me sirvo agrios
pensamientos en el desayuno,
es imposible
endulzarlos con palabras de valor
guardadas en los
recónditos escondrijos de la mente.
Cifras se disparan en
los conteos de la pandemia,
y en algunos
países se deja morir al indefenso anciano,
es un juego macabro de
supervivencia que elige al menos riesgoso.
Los hospitales no dan
abasto, muchos mueren sin ser examinados,
sin reclamos el virus
los escoge y se los lleva.
Sigo observando, las
horas parpadean de cansancio,
y el
teléfono enmudece sin pronunciar mi nombre.
Aquí, ensopada de
húmedos pensamientos, espero,
no sé cuándo, pero
pienso que llegará golpeando la puerta,
reclamando su parte,
en esta guerra silenciosa.
La ciudad no tiene
escape, no hay murallas que contengan
la pandemia, solo la
cuarentena se impone sin futuro,
sin esperanza
de una cura, el milagro ya no existe.
La casa se estremece,
la soledad la invade iracunda,
no
soporta el encierro impuesto, al silencio agobiante que circunda.
Me cobijo bajo el ala
de mi almohada, quizás ella traiga
un calmante a mi
impaciencia,
quizás tenga entre sus
páginas sombreadas de tanto insomnio,
un momento
de descanso en el desvelo.
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MIRIAM LOPEZ-WEISS-Cuba-USA
Compartiendo con Elliuc y su gente linda. Cuidense mucho y que Dios los bendiga siempre. Miriam Lopez-Weiss
Miami, Florida
NUNCA MÁS
Hoy me he sentido triste, no sé cómo explicarlo.
Pero nunca más.
Tratare de levantarme, de sonreír de nuevo.
Como el árbol que seco retoña en su raíz,
para así dar más sombra y que nazcan los frutos,
los frutos del mañana que no se morirán.
Hoy me he sentido triste, no sé porque habrá sido.
Pero nunca más.
Seré como un camino que asciende hacia las nubes
En pos de aquel mañana que no se borra.
Levantare mi espíritu al sol de cada día,
Como paloma blanca desplegare mis alas. Pero sentirme triste….nunca más.
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NORKA BRIOS-PERU
POÉTICAS
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Olivia Parra-Colombia
POÉTICAS
Ayer
imaginaba paisajes solitarios,
hoy en
silencio los pinto
con la
luz de mi sonrisa.
En
silencio despierto de mis sueños
con la
esperanza de vivir en paz.
Hay
amor....
Te soñé
danzando con el viento
entre
nubes y nubes bajo los rayos
de
la luna y la lluvia tenue de
de
verano con chapoteo nocturno .
Hay
amor...
Fuiste
semilla fértil en mi surco
que
germino,floreció ,perfumo y
luego
marchitó mis ansias de amar.
Hay
amor...
Vi tu
imagen fugaz entre la niebla
se
perdieron tus huellas en la mitad
del
camino.
Hay
amor...
Hoy al
final del camino vi
rabado
tu nombre en
la
cruz blanca del olvido.
Nobrira.
2020
RAUL HERNANDEZ-Cuba-USA
Publicado mar. 2020
ÁNGELES GUERREROS
Dignos ángeles guerreros,
personal de la salud,
el cielo por gratitud
los convierte en herederos.
Ustedes son los primeros
al frente de la batalla;
vaya el virus donde vaya
con valor lo enfrentarán
y ante Dios recibirán
la más hermosa medalla.
Por siempre habrá una esperanza
más allá de las farmacias,
un Dios para darle gracias
y cantarle una alabanza.
Una trágica enseñanza
con su nombre y su apellido.
Un objetivo cumplido
tras la experiencia más triste
de un pueblo que se resiste
a no darse por vencido.
Saldrá el Sol más colorido
en su horizonte de amor
para aliviar el dolor
de cada pecho abatido;
porque a cada ser querido
debe amarse diariamente.
Sin embargo a mucha gente
que son guerreros de paz,
el Mundo será capaz
de amarlos eternamente.
Raúl Hernández/el poeta amigo.
Dignos ángeles guerreros,
personal de la salud,
el cielo por gratitud
los convierte en herederos.
Ustedes son los primeros
al frente de la batalla;
vaya el virus donde vaya
con valor lo enfrentarán
y ante Dios recibirán
la más hermosa medalla.
Por siempre habrá una esperanza
más allá de las farmacias,
un Dios para darle gracias
y cantarle una alabanza.
Una trágica enseñanza
con su nombre y su apellido.
Un objetivo cumplido
tras la experiencia más triste
de un pueblo que se resiste
a no darse por vencido.
Saldrá el Sol más colorido
en su horizonte de amor
para aliviar el dolor
de cada pecho abatido;
porque a cada ser querido
debe amarse diariamente.
Sin embargo a mucha gente
que son guerreros de paz,
el Mundo será capaz
de amarlos eternamente.
Raúl Hernández/el poeta amigo.
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Ernesto Soler-Cuba-USA
Año Bisiesto
Daban las 12. Todos gritaban
̶ Feliz Año Nuevo.
Terminaba diciembre sin imaginar
que traería el Año Bisiesto.
...
Un caballo pálido cabalga velozmente.
Su jinete es la Muerte, le sigue Hades.
La tragedia es inevitable.
La gente sufre, no hay besos ni abrazos.
Hay pandemia, llanto y muerte.
Al final, los ángeles cantaron.
----------------------------Robert Allen Goodrich-PANAMA
LA VIDA SEGUIRÁ
Y la vida seguirá
todos nuevamente tendremos una sonrisa en los labios
...
y le diremos a nuestros hijos y nietos
cuando llegué el momento
que un mundo unido es más fuerte
que cuando se quiere se puede
que en la unión esta la fuerza
y que todos somos hermanos.
Autor: Robert Allen Goodrich Valderrama
Panamá
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Reflexiones y Poesía-Maria del Carmen Martinez (Mery Martinez) Cuba-USA
Prudencia
Hay un virus que transita
por el mundo sin permiso
tenemos un compromiso
permanecer en casita...
postergando la visita
siguiendo la orientación
prudencia es la ecuación
en toda la sociedad,
y en cada comunidad.
Será el triunfo de la nación.
Hay un virus que transita
por el mundo sin permiso
tenemos un compromiso
permanecer en casita...
postergando la visita
siguiendo la orientación
prudencia es la ecuación
en toda la sociedad,
y en cada comunidad.
Será el triunfo de la nación.
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Olivia Parra-Colombia
Aquí en medio de mi monte
Dando gracias por un
día más, tratando de soportar
La ausencia de mi hija e hijos nietos
Aquí mirando como el planeta...
Resucita de esa muerte lenta
Donde somos cómplices
queriendo huir como toro en corrida esperando la estocada
Queriendo volar como ave
Enjaulada
Aquí maquillando el tiempo
Perdida en un poema inconcluso
Aquí sigo reinventando a esa
Niña que llevo dentro con cara
De mamá y abuela. Un abrazo
Los amo.
Dando gracias por un
día más, tratando de soportar
La ausencia de mi hija e hijos nietos
Aquí mirando como el planeta...
Resucita de esa muerte lenta
Donde somos cómplices
queriendo huir como toro en corrida esperando la estocada
Queriendo volar como ave
Enjaulada
Aquí maquillando el tiempo
Perdida en un poema inconcluso
Aquí sigo reinventando a esa
Niña que llevo dentro con cara
De mamá y abuela. Un abrazo
Los amo.
ALBA RAMIREZ-COLOMBIA-USA
ALGUNOS COMENTARIOS EN APERTURA DEL EVENTO
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LAUARA ORORBIA
Compartiendo con Eliluc Luz Del Corazon Mlarrinua
EL BAÚL
Cuando el aire en la tierra esté limpio otra vez....
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