sábado, 22 de febrero de 2014

Cuento de Roberto Diaz---Esperamos tu opinion---

Puedes dar tu opinión en:  luzdelcorazon-mlarrinua@hotmail.com y lo publicaremos a continuación del relato 

A las seis de la tarde fui llamado por jefe del Dpto de Protocolo de la Universidad, donde yo cursaba el cuarto año en Derecho Internacional, alli se me informó que debía servir de guia a un grupo de jovenes estudiantes de otro Estado y que debía presentarme al grupo a las siete de la mañana del día siguiente. Llegué puntual como siempre y ya, las siete muchachas estaban en el Aula Magna esperando por mi, y les dije:

-  Mi nombre poco importa, pues seguro dentro de unos días ya no lo recordarán pero por si alguna de ustedes tiene Buena  
   memoria, me llaman, Esteban, tengo entendido que vienen en un intercambio de conocimientos con nuestra Universidad, asi
   que comenzaremos por la historia de nuestro Plantel.


Las llevé hasta el salon de los recuerdos y una vez allí, pude fijarme en el rostro de cada una de aquellas estudiantes y al pasar revista, mis ojos se fijaron en los de una chica de cabellos negros, ojos almendrados de un Azul intenso, que también mantenía fijos en los míos. La atracción fue mutua, y siempre que nuestras miradas se cruzaban, eran como relámpagos en medio de una tormenta eléctrica. De un cuadro a otro pasábamos y yo les explicaba la historia de cada personaje, pero en todo momento la cercanía de aquella Hermosa joven era cada vez mas insistente, practicamente era mi segunda sombra, yo sentía el fuego de su Mirada en todo mi cuerpo, estando ante uno de los cuadros de nuestros insignes antecesores, sentí la presión de aquellos pechos juveniles y firmes  en mi espalda, mi mente comenzó a divagar sentí deseos, de agarrar sus manos pero no fue necesario que lo hiciera  ya ella tenía mi mano izquierda entre las suyas, me volteé con el pretexto de explicarles algo, pero lo que yo buscaba era el contacto de aquellos ojos en los míos, si, allí estaba, asida a mi mano escrutando en mis ojos los sentimientos que partían de los de ella, me pidió que la llevara al tocador y con la anuencia de las demás nos apartamos fuera de la vista de las otras chicas.

Una vez solos, ninguno de los dos se pudo contener, nos abrazamos y nos fundimos en un largo beso, un beso que encerraba una promesa de nos separarnos nunca mas, en ese delicioso tormento pasamos todo el día, escapándonos a veces para ratificar nuestro inmenso amor a fuerza de besos y caricias.

Y llegó la noche, el grupo de chicas estaba en una de las aulas escuchando las instrucciones para el día siguiente, yo estaba a la puerta cuando llegó otro compañero que asistía a un grupo de varones de otra Universidad, me saludó y al ver las hermosas chicas me dijo:

-  Tu ves lo tranquilas que están ahí?, si las hubieses visto anoche en el salon de Conferencias no creerías que son las mismas
    aquello fue una verdadera bacanal. me pidieron que les llevara al grupo de la Universidad Central que también están aqui
    por el mismo motivo, que son los morenos que llegaron el mismo día que ellas, pues querían compartir experiencias y, tu   
    sabes en qué terminó el intercambio de experiencia?,  pues aparecieron unas botellas de Wisky se emborracharon y  
    terminaron hacienda sexo como unas locas

Sentí de momento que el mundo se me desplomaba encima  tenía ganas de llorar, de desaparecer, una serie de sentimientos  indefinidos se mezclaban en mi alma, la cabeza me daba vueltas, no quería creer lo que había escuchado, no podia ser cierto, sentí ganas de gritar, de subir a lo alto del edificio y arrojarme, cuando en ese momento, dos de los morenos se acercaron y se detuvieron para mirar las chicas.

Allá estaba ella, con sus hermosos ojos azules y su negra cabellera, se percató de la presencia de los dos chicos morenos y se deslizó sigilosamente fuera del local por otra de las puertas, no me imaginaba para donde iba, ni me interesaba ya, yo solo quería desaparecer, huir de la realidad,

Salí como un bólido y llegué a mi auto, me senté al timón y sentí una puerta que se cerraba, un grito salió de mi garganta ¡¡¡AHHHHH !!! DIOS MIO QUE ES ESTO....

Una voz salió desde el asiento trasero;

-  Para donde vas

viré mi cabeza, allí estaba ella, sentada, con los ojos hinchados de llorar. le contesté:

-  No me importa para donde voy todo me da igual

-  Huyes por que tienes miedo, no seas cobarde

-  Es posible que tengas razón y yo sea un cobarde, pero ya la vida no me importa, Baja del auto, hazme el favor

- Quiero hacerte una pregunta, ¿Cúando me conociste?

-  Hoy, por que preguntas?

-  Lo que sucedió fue ayer antes de conocerte, tu no tienes nada que ver en esto, ¿acaso tu no te equivocas nunca?

-  Okey, está bien pero Baja, por que ya me voy.

-  Dale, arranca, que yo no me bajo.

                                  FIN

Qué habrías hecho tu en el caso del hombre? o en el caso de la mujer? lo dejo a la elección del lector.


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