jueves, 20 de febrero de 2014

"EL ULTIMO BESO" del poeta ROBERTO DIAZ


EL ULTIMO BESO


Vi a una chica en la mañana
cuando a su barrio llegué,
ella desde su ventana
me miró y yo la miré.

Al día siguiente volví
caminando lentamente
miré a la ventana y ví
a la chica nuevamente.

Cruzamos nuestras miradas
igual que el día anterior,
y en sus mejillas rosadas
se le reflejó el rubor.

Muy temprano me arreglaba
cada día de la semana
y ella siempre me esperaba
asomada a la ventana.

En silencio le pedía
a nuestro Dios soberano
que me permitiera un día
tomar su mano en mi mano.

Pero de alguna manera
una paloma sirvió
como una fiel mensajera
que al fin nos comunicó.

En sus paticas cargó
el mensaje cada día
ella sabía que yo
también le correspondía.

Sus besos en un papel
con sus labios me pintaba
yo, como si fuera su piel,
también el papel besaba.

Yo le pregunté si un día,
sin poner metas ni plazos
por nuestro amor yo podría
estrecharla entre mis brazos.

 Por que solo la veía  
de una manera lejana
y verla solo podía
a travez de una ventana.

Me escribió en fino papel,
lo que me alegró en exceso,
que muy pronto iba a poder
en sus labios darle un beso.


Pasó luego una semana
sin ver a la dama hermosa
y triste cada mañana
yo deshojaba una rosa.


Una mañana, el aroma
de un perfume delicado,
llegó en forma de paloma
con el mensaje esperado.

En el papelito había
una dirección escrita,
y la hora en que debía
llegar a la ansiada cita.

Salí con mucha emoción,
y al llegar miré temblando,
un féretro en el salón
y mucha gente llorando.

Así adolorido entré
con el alma desgarrada,
al féretro me acerqué
y le di el beso a mi amada.

Por Roberto Diaz